El pasado jueves me fui a la cama agotado pero tremendamente feliz. Me había levantado a las cinco de la mañana para coger un tren que me llevara desde Murcia a Sevilla. Eso es peor que cruzar la Tierra Media camino del Monte del Destino. Taxi a la estación de tren. Viaje de más de cuatro horas a Madrid. Espera de 40 minutos en Atocha. Luego dos horas y media a Sevilla en el AVE. En definitiva, se tarda menos de Sevilla a Nueva York que desde la capital hispalense a Murcia.

Murcia-Sevilla via Mordor

A pesar de lo pesado del viaje estaba contento. Iba a reencontrarme con grandes amigos a los que conozco desde hace años. Me había invitado José A. Pradas, profesor de la Universidad de Sevilla, para que impartiera la conferencia “De terremotos, asesinos y demás bichos luminiscentes” enmarcada dentro del ciclo «Año Internacional de la Luz y de las tecnologías basadas en la luz» que se está celebrando en la Facultad de Químicas de dicha universidad. Tito, además de un excelente profesor, científico y divulgador de las matemáticas, es una persona maravillosa. Pocas he conocido como él en este mundo de la divulgación. Sin embargo, hoy no toca hablar de esa charla (lo haré pronto) sino de otra que tuvo lugar unas horas más tarde.

A las 21.00 h. en el Bulebar Café, situado en la Alameda de Hércules 83, tuve el tremendo placer de reencontrarme con viejos amigos divulgadores, docentes y científicos a los que aprecio muy especialmente. Me refiero a Clara Grima, Alberto Márquez y Enrique F. Borja. La divulgación sevillana, y española, les debe mucho. De esas tres cabezas y de las de Ángel Fernández Recuero (fundador del magacín cultural Jot Down) y Carlos A. García (dueño del Bulebar café y profesor de Lenguaje y Sistemas Informáticos de la U. Sevilla) , nació un ciclo de conferencias sobre divulgación científica que se imparten periódicamente en el Bulebar café.

Clara Grima presentando el evento…al lado, el del anillo.

Pues bien, durante algo más de una hora y con un Bulebar a reventar, estuve hablando de “¿Cuál es la rama de la ciencia más importante?”. La elección del tema no fue fácil. Por la gran amistad que me une a los organizadores tuve la deferencia de preguntarles el tipo de conferencia que querían. Fue un error. Cada uno de ellos me pidió una cosa distinta. Además, en twitter varias personas me pidieron que querían que les desvelase la verdad de un experimento que he hecho varias veces en público. Así que tras mucho pensarlo decidí olvidarme de lo que me habían pedido y hablar de la que es para mi, sin dudarlo, la disciplina científica más importante. Sí, lo que han oído.

Ángel Fernández y Carlos A. García….dos isómeros “casi” inseparables”

En el post de hoy les traigo el video de la conferencia “¿Cuál es la rama de la ciencia más importante?” donde reconozco que me lo pasé pipa. Hubo de todo. Interacción constante con el público, amigos que me ayudaron en el escenario, experimentos en directo, risas y también momentos difíciles. Además, descubrí públicamente ciertas cosas que jamás había contado. Como muestra un botón: la conferencia, en plena Alameda sevillana, la empecé con la siguiente sentencia: “ODIO SEVILLA”. Con un par.

Tras el turno de preguntas nos fuimos a cenar…y a las 2 de la madrugada, 21 horas después de levantarme en Murcia y dar dos conferencias en Sevilla, me fui a la cama.

Alberto Márquez haciendo el experimento del Gin Tonic…en su salsa.

Si quieren saber “¿Cuál es la rama de la ciencia más importante?” solamente tienen que ver el siguiente vídeo. Espero les guste.

Jose