El pasado martes se celebró el solemne acto de apertura del curso académico 2019/2020 de las universidades públicas de la Región de Murcia. El protocolo ordena que todos los que formen parte del vistoso y colorista cortejo que participa en el acto deben ponerse el traje académico. Este año decidí vestirme en casa. No es fácil colocarse el traje académico así que le pedí a mi hija que me ayudara. Su cara de sorpresa cuando vio sobre la cama la toga, mucetas, birretes, puñetas y guantes no tenia desperdicio.
– Oye papi, ¿por qué tienes que usar estas cosas para vestirte? Este look no me mola nada. Con esa pinta no me lleves al cole o me muero de vergüenza.
– Cariño, la culpa la tiene una reina que tú estudiarás en clase. Me refiero a Isabel II, que firmó unos Reales Decretos cuya configuración definitiva cristalizó a partir de 1850. A través de estas normas se reguló en España gran parte de lo que venía siendo habitual desde siglos anteriores y esa tradición se ha seguido manteniendo hasta hoy con la introducción de ciertas variaciones. No puedo ponerme la ropa que quiera. Por favor, pásame la toga.

Cortejo académico UMU-UPCT 2019. Foto: Nacho Carrión (La Verdad)
– ¿Qué es la toga?
La prenda más grande. Se llama también “traje talar” porque llegaba hasta los talones. Es igual a la que usan los abogados, con manga abierta doblada y si te das cuenta está asida por un botón al brazo.
– Vas a parecer un romano.
– Claro, su origen arranca de la época romana y del traje eclesiástico, ya que los clérigos formaron inicialmente el profesorado de las universidades. La toga, que prácticamente ha permanecido inalterable desde su regulación en 1850, constituye la base de la indumentaria académica. Anda, dame ahora las puñetas.
– Papi, ¡¡puñeta es una palabrota!!
– Jajaja. Cierto, pero en esta ocasión me refiero a unos vuelillos encaje que, al principio, tenían como única misión evitar el deterioro de las bocamangas de las togas. Después pasaron a significar rango y autoridad. Por eso lo usaban ministros, consejeros, Rectores y otras autoridades. Actualmente los usamos también los profesores de universidad. Aun me acuerdo cuando me las puso el Rector en la ceremonia de la apertura del curso académico en el año que entré a formar parte de los cuerpos docentes de la universidad. Si no eres doctor no puedes llevarlas. En la silla está la muceta. Acércamela Ruth.
– ¿La mofeta?
– ¿Mofeta? Noooo. ¡¡Muceta!! Es una capa corta que hace muchos años servía para proteger de la lluvia o el frío. Luego se utilizó para distinguir a ciertas jerarquías y autoridades eclesiásticas. Pero en el mundo que a mi me interesa, el de la ciencia, se convirtió en una distinción de la misión de enseñar y proteger la mejorar la ciencia. Hace años era de terciopelo y el color dependía de cada Facultad. Ahora la muceta, que debe cubrir el codo, es de raso, forrada de seda negra, con una cogulla (o capucha que antes servía de portapergaminos e incluso para recibir en solemne acto el título académico) y abotonada por delante.
– Toma la muceta pero que sepas que a mi me gustan más las que son de terciopelo que las de raso.
– A mí también, princesa, pero esa solo se la puede poner el Rector. ¿Te importa darme el birrete?
– ¿Bi…qué? ¿Te refieres a ese gorro tan feo?
– Pues a mí es la prenda que más me gusta de la indumentaria académica. Al igual que las otras prendas ha sufrido modificaciones a lo largo de la historia. Si te das cuenta actualmente tiene forma octogonal el birrete de doctor, forrado en seda negra, rematado por borla compacta en la parte superior, flecos largos cayendo desde las aristas del octógono sobre las ocho caras laterales y con un cordón de seda entre la base de la borla y el origen de los flecos. Estos flecos son del color distintivo de la Facultad en la que obtuve el doctorado, Químicas. Aquellos que posean más de un doctorado que pueden usar en los flecos los colores de los mismos por partes iguales. El birrete de Rector se distingue porque es el único entero de color negro. Pero lo que más me gusta del birrete no es su aspecto externo sino lo que significa.
– ¿A qué te refieres papi?
– En cualquier vestimenta de gala siempre ha existido una consideración especial en torno a la prenda que cubre la cabeza, que va mucho más allá de razones prácticas. En multitud de ocasiones sirve para jerarquizar e indicar el rango de la persona que se la pone. En la Universidad solo pueden ponerse birrete aquellas personas que han leído la Tesis Doctoral. Cuando tu padre lo hizo hace más de 20 años, en la festividad de Santo Tomás de Aquino en la que se efectuó la investidura de doctores, el rector pronunció las siguientes palabras: “Recibe el birrete laureado, antiquísimo y venerado distintivo del magisterio. Llévalo sobre tu cabeza como la corona de tus estudios y merecimientos”.

Birretes académicos
– ¿Y en el acto al que vas hoy el birrete también es importante?
– Claro. Hoy el Rector comenzará el acto académico diciendo: “Doctores y Doctoras, sentaos y, si lo así lo deseáis, cubríos”. Esa frase tiene una razón muy relacionada con el birrete que tienes en la mano y me encantaba escuchársela a Elías Hernández Albaladejo, que fue profesor en el departamento de Historia del Arte de la Universidad de Murcia y responsable del Servicio de Protocolo. Cuando Felipe III, en una visita a la ciudad de Zaragoza en 1599, tuvo ocasión de presenciar una investidura de doctor, ordenó al Rector y doctores no solo que se sentaran sino que se cubrieran con el birrete. Con semejante actitud el rey otorgaba a los doctores el privilegio de estar cubiertos ante él, la misma prerrogativa que poseían los grandes de España. Ya solo queda que me des los guantes blancos y la medalla.
– Esos sí que me gustan. ¿También tienen un significado especial?
– Claro. Los guantes representan la pureza y ecuanimidad en el trabajo y en la escritura. La medalla constituye un distintivo especial como símbolo del servicio a la ciencia. La del Rector es de esmalte blanco sobre oro, con las armas reales en el anverso y un sol radiante, con la cabeza de Apolo, como dios de la luz y protector de las artes, circundado por la leyenda Perfundet omnia luce, en el reverso. La que lleva papi fue autorizada por la Reina Regente María Cristina que autorizó “a los Doctores de todas las Facultades universitarias para el uso de una Medalla como distintivo especial, que será de oro, sin ningún esmalte”.
– ¡¡Yo quiero que me regales como colgante un cordón igual que el de tu medalla!!
– Es chulísimo. Fíjate bien. Todos los cordones que llevamos los integrantes del cortejo académico son de seda. Se diferencian en el color. El que yo llevo es del color de mi Facultad. El de los vicedecanos es de seda con hilo de plata, el de los decanos de seda con hilo de oro, el de los vicerrectores de seda negra con hilo de plata y el del Rector de seda negra con hilo de oro.

«Os vigilamos». Con mi amigo Marcos Egea Gutiérrez-Cortines. Foto: Pedro Cuestas.
– Varias veces has utilizado la expresión “el color de cada facultad”. ¿Cuál es es el de la tuya?
– Al igual que un pelotón ciclista, el cortejo académico parece una serpiente multicolor. Los colores que llevan los doctores en los birretes, cordón de la medalla, muceta y puñetas dependen de la facultad de la que procedan. Los doctores en Medicina, como el tito Antonio y la tita Ana, van de color amarillo oro; los de Derecho, como la tía María, de color rojo; los de Filosofía y Letras (Filosofía, Geografía e Historia, Filología y Ciencias de la Educación), de azul celeste; los de Farmacia, de morado; los de Veterinaria, de verde; los de Psicología, de violeta; los de Ciencias de la Información, de gris azulado; los de Odontología de fucsia; los de Bellas Artes de blanco; los de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, de verde claro; los de Escuelas Técnicas Superiores de Arquitectura e Ingeniería, de marrón; los de Enfermería de gris medio.
– ¿Y los químicos como tú?
– Pues al igual que todos los doctores en Ciencias (Físicos, Geólogos, Matemáticos, Químicos, Biólogos e Informáticos), de azul turquí. Me encanta.
– Te dejo que me lleves al cole porque no tenía ni idea de todo lo que me has contado y he aprendido mucho, pero que sepas que voy a pasar mucha vergüenza cuando te ven mis amigas. Anda ponte los guantes y vámonos.
Jose
*Este artículo es ampliación del publicado el pasado sábado 5 de octubre en La Verdad.