Las Navidades Bioluminiscentes del Oso Yogui

Una tendencia que se ha puesto de moda durante estas Navidades es el estreno de películas de cine dirigidas al público infantil donde los protagonistas son antiguos personajes de cuentos o comics, como es el caso de “El Gato con Botas” o  “Tintín”. Por esa razón he decidido, para felicitarles a todos estas fiestas, rescatar del baúl de los recuerdos a dos de mis ídolos infantiles.

Mientras que la mayoría de los niños de mi época eran fieles seguidores de extraños superhéroes, yo tenía otro tipo de ídolos. Entre ellos destacaban dos «eminentes científicos», el oso Yogui y el gran Bubu, cuyo laboratorio, el Parque de Yellowstone, era lo más de lo más.

Como ya he comentado varias veces en este Blog, tengo especial debilidad por las reacciones donde está implicada la luminiscencia, entendiendo ésta como toda luz cuyo origen no radica exclusivamente en las altas temperaturas sino que es una forma de “luz fría” en la que la emisión de radiación lumínica es provocada en condiciones de temperatura ambiente o baja.

Las causas de las reacciones luminiscentes así como sus fundamentos, clasificación y alguna de sus aplicaciones fueron suficientemente analizadas en dos entradas publicadas en Scientia…en una de ellas, dedicada a las víctimas del terremoto de mis paisanos de Lorca, explicábamos la triboluminiscencia; en la otra, surrealista donde las haya, relacionábamos la bioluminiscencia con Mozart y Rivaldo.

Pues bien, hoy en Scientia vamos a utilizar precisamente la bioluminiscencia, entendida como la producción de luz gracias a reacciones que se producen en organismos vivos, no para explicar los conocidos fenómenos donde esta técnica sirve como referencia sexual (el caso de las luciérnagas); ni para contarles el modo en el que la bioluminiscencia  se emplea a modo de cebo (como en el caso de algunos pejesapos); ni siquiera para dar a conocer los sistemas bioluminiscentes de defensa empleados para confundir a los depredadores (algunos cefalópodos y gusanos del género Phrixothrix)…. sino para dar a conocer las dotes científicas de los dos más famosos habitantes del mítico Parque Nacional norteamericano de Yellowstone, el oso Yogui y Bubu, su tranquilo y prudente escudero que lucía pajarita azul y flequillo despeinado.

Como podemos observar en la fotografía, cuando llegaba la noche un enigmático color azul luminiscente envolvía al mítico Parque de Yellowstone, el más grande de EEUU y el primero que alcanzó la categoría de Parque Nacional, pero nadie entendía el por qué de este fenómeno.

Pues bien, la respuesta está en la piscina privada que Yogui y Bubu tenían en Yellowstone, “The Morning Glory Pool”, un pequeño geiser que se encuentra en pleno parque y cuya espectacular coloración es debida a unas pequeñas bacterias que viven en sus aguas y que provocan efectos bioluminiscentes.

Además, según en la estación del año en la que Yogui y Bubu se bañen, las aguas de “The Morning Glory Pool” cambian de color ya que el tipo de bacterias que la pueblan dependen de la temperatura del agua y cada una de ellas emite un color distinto… una pasada.

Sin embargo, y como es conocido por todos aquellos que amamos a estos dos ositos, cuando escaseaba la comida en el Parque de Yellowstone, patrimonio mundial de la UNESCO desde 1978, Yogui y Bubu debían traspasar los límites del Parque Natural e infiltrarse en “territorio humano” en busca de víveres… y de nuevos procesos bioluminiscentes.

Como se puede observar en el cartel anunciador de la película “El Oso Yogui: la vida es un pic-nic”, nuestros dos grandes héroes era unos amantes de navegar sobre las aguas bravas del mar.

Pues bien, en esa loca aventura Yogui y Bubu llegaron hasta los mares del sur de California donde en las playas de San Diego existe una gran concentración de Lingulodinium polyedrum, una especie de microalga dinoflagelada que cuando no se siente amenazada presenta un color rojo natural.

Lingulodinium polyedrum

Sin embargo, al sentirse en peligro Lingulodinium polyedrum pone en marcha un proceso bioluminiscente de defensa realmente espectacular. De esta forma, cuando miles de millones de estos organismos son golpeados por las olas, estos reaccionan emitiendo luz color azul eléctrico y dando lugar a preciosas imágenes como las que se observan en el video que podemos apreciar más abajo.

Pero Yogui y Bubu no se conformaban con contemplar ese fenómeno bioluminiscente y decidieron participar activamente en él. Se montaron en sus tablas de surf y junto con surfistas californianos grabaron este precioso baño entre neones biológicos en el que se observa que cuanto más violentamente golpeaban la tabla y las olas al agua, más brillante era ésta debido al incremento de la intensidad bioluminiscente de Lingulodinium polyedrum…espectacular.


Pero nuestros dos ídolos infantiles no estaban satisfechos con todo lo mostrado hasta ahora y han decidido felicitarnos estas Navidades con un árbol de Navidad muy especial. A pesar de que la bioluminiscencia es un fenómeno muy extendido en todos los niveles biológicos (hongos, protistas unicelulares, celentéreos, gusanos, moluscos, cefalópodos, crustáceos, insectos, equinodermos, peces…), el reino de las bacterias destaca sobre todos los demás. Por ello nuestros dos ositos se pusieron en contacto con científicos de una conocida empresa y han utilizado la bioluminiscencia natural de ciertas bacterias para crear composiciones de tema navideño.

En las siguientes imágenes podemos contemplar todo tipo de bioluminiscentes adornos navideños realizados por Yogui y Bubu como muñecos de nieve, renos, lazos, etc.

¿Bonito eh? Pueden contemplar todo el álbum bioluminiscente de motivos navideños de nuestros ositos con un simple click.

En fin lectores de Scientia, espero que despidan este año 2011 como lo haría el gran Yogui, ese mítico oso pardo de pelaje castaño y que usaba un sombrero Stetson de color verde para taparse la cabeza…

Cenen en Nochevieja hasta reventar como lo haría mi oso preferido con los manjares de los turistas, beban hasta hablar en pareado como nuestro gran héroe de Yellowstone, rían y no pierdan nunca el gran sentido del humor que perseguía al compañero de Bubu y, cuando suenen las doce campanadas, reciban al año 2012 con un «¡Ey, Ey, Ey, Ey, Ey!».

Jose

Fuentes:

http://www.medicinajoven.com

http://energiaslibres.wordpress.com

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Una respuesta a Las Navidades Bioluminiscentes del Oso Yogui

  1. gabriela dijo:

    Aunque llegué tarde para la celebración, te agradezco igual por este post, mira que aprendí algo nuevo. Las imágenes del vídeo, espectaculares, que si las veo sin la explicación, habría pensado que estaban esas olas iluminadas con algún artificio…

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