La gran mayoría de ustedes no lo conocen de nada. Yo prácticamente tampoco. No es científico, ni periodista, ni siquiera estudió una carrera de ciencias. Tampoco escribe sobre Ciencia en un blog ni en ninguna plataforma parecida… pero Javi, uno de los mejores divulgadores científicos a los que he conocido, tiene un pub. Eso sí, un pub muy especial, el Demodé.

Como ya les conté en un post anterior el pasado viernes impartí una charla en Almería que llevó por título “El lado oscuro de la industria alimentaria”. Pues bien, a pesar de que ya llevo unas cuantas conferencias dadas, desde que llegué a la ciudad mediterránea todo lo que me encontré fue nuevo para mí… y esto hay con contarlo.

Nada más bajarme del coche quedé gratamente sorprendido al ver que alguien había colocado carteles de la charla por toda la ciudad y repartido octavillas por muchos lugares… y eso no era muy habitual. Pero cuando me fijé con atención pude observar que la mayoría de los sitios donde estaba colocada la publicidad no eran las zonas tradicionales, sino que nuestro personaje de hoy había seleccionado aquellos puntos de Almería que la población joven acostumbra a visitar. Bares, pubs, centros deportivos, etc. estaban llenos de carteles que, como alguien me contó posteriormente, había pagado esta persona de su bolsillo.

Por otra parte, y como dije en el post donde anuncié mi actuación del pasado viernes por si alguien quería acercarse, fue María Docavo, la responsable del blog “Historia con mucha química”, la que se puso en contacto conmigo para la charla en Almería. Pues bien, debido a las inclemencias del tiempo María estuvo sufriendo toda la tarde por si la lluvia restaba afluencia al evento. Sin embargo, el dueño del pub la tranquilizó explicándole que esto es un proyecto a largo plazo que no dependía de la asistencia puntual de un día a su pub y que, pasara lo que pasara, el proyecto iba a continuar… y eso me gustó.

Cuando llegué al lugar donde se iba a celebrar la charla me quedé sorprendido. Gracias a una corriente de pensamiento cada vez más extendida, y que espero siga durante mucho tiempo, cada vez son más los bares y pubs donde la gente se reúne a hablar de Ciencia… pero el pub de Javi no cumplía el perfil habitual de estos lugares. A primera vista no cabía mucha gente, no había mesas alrededor de las cuales sentarse, ni muchas sillas, la charla se impartía en la panta superior y la mayoría del público iba a situarse en la planta inferior del pub. Eso no era ni bueno ni malo, solamente que no era como el resto de bares o pubs donde he estado en un evento de este tipo… y empezó el espectáculo.

De pronto una pared del piso superior se convirtió en una pantalla gigante en la que se podía observar la presentación desde todos los rincones del pub. Este comenzó a llenarse, la gente ocupaba todos los huecos. En las escaleras, en el suelo, sobre la barra… en cuestión de minutos no cabía un alma allí. Yo estaba equivocado, en este lugar de la ciudad almeriense sí que podía muy reunirse mucha gente a hablar de Ciencia… pero lo importante no era solo el número de personas, que también, sino el tipo de gente que se reunió.

A pesar de que en el pub predominaba la gente joven, aquella que su dueño se ha empeñado a arrastrar hacia la Ciencia a cualquier precio, allí había personas de todas las edades, de todo tipo de condición social, cultural y con opiniones muy diferentes, incluso opuestas, sobre lo que un servidor iba a decir. Profesionales de la salud, investigadores, docentes, empresarios, estudiantes… pero también muchísimas personas que no tenían ningún tipo de relación con la Ciencia se pasaron esa noche por el Demodé.

Según me comentó alguien muy cercano a este almeriense, una de las mayores satisfacciones de este apasionado de la Ciencia es conseguir adeptos a la causa entre la gente que previamente no mostraba ningún interés por la misma… y lo está consiguiendo.

En este contexto que les he descrito, y con el local abarrotado, lo normal sería que su dueño, el mismo que no solamente ponía el local sino que se había gastado su dinero en publicitar la charla para llevar la gente a su pub, aprovechase la situación para hacer caja… pero no. Este amante de la ciencia se colocó detrás de la barra y se limitó a escuchar la charla sin decirle nada a nadie…él solamente quería que allí se hablara de Ciencia, que la gente disfrutara de ello, independientemente de si consumían o no. Si lo hacían fenomenal, pero él no iba a estar dándoles la tabarra… su principal objetivo es que en su pub esa noche se debatiera sobre el lado oscuro de la industria alimentaria dejando en un segundo plano el hacer negocio.

Durante la hora y cuarto que duró mi intervención el silencio en el bar fue sepulcral. A pesar de estar en un bar, donde el ambiente siempre es más distendido, la gente solamente interrumpía para responder a alguna de las preguntas con las que interpelé al público… y algunos respondieron con bastante mala leche porque también les aseguro que allí había mucha gente, más de la que yo esperaba, que lee habitualmente este blog y saben cómo nos las gastamos en Casa Scientia.

Había prometido que mi charla no duraría más de 45 minutos, pero ustedes ya me conocen, cuando estoy a gusto no hay quien me baje del escenario…y les puedo asegurar que estuve cómodo desde el primer minuto gracias al ambiente mágico que se había creado en el local.

Llegaron las preguntas y, cómo ya es habitual cuando en una sola charla mezclo los alimentos funcionales, la quimiofobia y los transgénicos, hubo opiniones de todo tipo. Eso sí, aunque hay gente con cuyas intervenciones no estuve nada de acuerdo, debo reconocer que nadie se salió de tono y que en el Demodé se habló de Ciencia… que era lo que pretendía Javi, un gran divulgador científico.

Sí. Lo que han leído ustedes. En mi humilde opinión este hombre es uno de los mayores divulgadores científicos que he conocido porque el principal objetivo de los que nos dedicamos a ello es conseguir que la Ciencia llegue al mayor número de personas posible… y esta persona, aunque sea de forma indirecta, lo consigue con un gran esfuerzo personal y económico incluso entre gente no abducida por la misma.

Por este pub han pasado químicos de la categoría de Bernardo Herradón, grandes matemáticos como Miguel Ángel Herrero, astrofísicos de la talla de Jorge Iglesias, ingenieros químicos de reconocido prestigio como Claudi Mans… y dentro de poco llegarán el gran César Tomé, del cual cualquier cosa que diga se quedará corta, y un imprescindible en todos estos eventos por sus grandes actuaciones, mi amigo Jorge Frías.

Pues bien, si no fuese por la labor de su dueño ninguno de estos grandes divulgadores hubiese tenido la posibilidad de llegar a este público tan genuino que, en un alto porcentaje, no suele ser el mismo al que accedemos habitualmente a través de nuestros blogs o en la mayoría de charlas que impartimos… incluso en otras actuaciones que hacemos en pubs.

Tras las más de dos horas que en su conjunto duraron la charla y el correspondiente  turno de preguntas, la fiesta continuó. Muchos de los asistentes se fueron a casa. Otros se quedaron hasta altas horas de la noche… y la persona a la que quiero dedicar este post (al igual que a otros “Javis” que hay por nuestro país) me volvió a sorprender y a la misma vez que atendía a sus clientes presentaba un gran proyecto literario en el que el Demodé también se ha involucrado “The Rolling Book Project”.

Javi

Concluyo. Como habrán podido observar hoy no les he hablado del contenido de mi charla… eso ya se lo contaré otro día. Hoy les he querido presentar a un amante de la Ciencia, de la Literatura, de la Música y de la Cultura en general, Javier García, el hombre que divulgaba la ciencia desde el anonimato.

Jose

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Nota: Me gustaría agradecer a ARP-SAPC, asociación a la que tengo el gusto de pertenecer, el gran esfuerzo que realizan para que estas charlas puedan ser posibles.