La elección de la carrera y la pérdida del espíritu universitario

Desde el día 1 de Septiembre la Facultad está abarrotada de nuevos alumnos esperando que queden plazas libres en alguna carrera universitaria para acceder a ella. Grados, Licenciaturas, nuevas titulaciones…la baraja de opciones que se les plantea a todos aquellos que desean ingresar en la Universidad es enorme y, en ocasiones, la elección de la carrera que marcará su futuro profesional y personal se convierte en un verdadero problema.

Sin embargo, este post no se centra solamente en cuáles son los pasos a seguir a la hora de realizar semejante elección, sino también en algo más profundo y que empieza a ser un verdadero problema: el espíritu universitario de los estudiantes que ingresan en la Universidad española….y de los profesionales que la componen.

Gracias a que mis abuelos maternos quisieron colaborar a que se mantuviese la tasa de natalidad en España trayendo a este mundo ni más ni menos que a 15 hijos, y a la casi similar actividad fecundadora de algunos de mis tíos que me ha llevado a no conocer a muchos de los más de 60 primos que tengo, en los últimos años una nueva profesión no remunerada me ha surgido.

A muchos de mis primos no se les ha ocurrido otra cosa que acudir a mí para que les oriente acerca de la carrera universitaria que debían escoger… ellos sabrán en quién confían.

A lo largo de estos encuentros son muchas las cuestiones que se plantean pero lo más interesante es la cara que se les queda a mis queridos primos cuando, con una pinta de cerveza en la mano pagada por ellos, les hago la primera pregunta: “¿Por qué quieres hacer una carrera universitaria?”…su respuesta preferida es lo que dispara mis alarmas: “Es lo que toca ahora ¿no?”

Desgraciadamente, la mayoría de los alumnos que acaban los estudios de bachillerato acceden a las pruebas de acceso a la Universidad por pura inercia académica y sin plantearse la posibilidad de otras opciones y esto tiene sus consecuencias.

En los últimos años algo está cambiando en el perfil del alumnado  que ingresa en la Universidad española. No seré yo quien caiga en la trampa de demonizar las nuevas generaciones ni de culpar a padres o profesores de colegios e institutos…pero algo pasa.

¿Se imaginan ustedes a un alumno pidiéndole al profesor permiso para dejar entrar su perro en clase y atarlo a una silla porque no tiene donde dejarlo? ¿Y a una alumna tatuando a su compañera el brazo durante media hora sentada en primera fila en las narices del profesor? ¿Les entra en la cabeza que un alumno le diga al profesor que lo va a denunciar porque solamente lo ha suspendido a él? Les puedo asegurar que yo no me lo tengo que imaginar…solo que recordar lo que ocurrió en mi clase hace unos meses. Está claro que lo que les he descrito no ocurre todos los días, pero estas cosas eran impensables hace unos años…y menos en la Universidad.

El alumno que ingresa hoy en día en la máxima institución docente no va buscando el espíritu rebelde que reinaba en ella hace años, ni siquiera ha oído hablar de él. Tampoco busca un lugar donde expresar sus ideas más allá de las académicas, es posible que ni se lo plantee. Cada vez menos son los que se matriculan en la Universidad para averiguar, a través de las clases recibidas, el por qué de las cosas y mucho menos se plantean la investigación como una posibilidad profesional…faltaría más.

Las inquietudes que los mueven son absolutamente respetables. Obtener un título que les de acceso a una profesión y a un sueldo digno. Sin embargo, en mi modesta opinión, la Universidad es algo más que eso…y la ausencia del espíritu universitario se nota en las clases.

Es posible que la culpa sea de los profesionales que formamos parte de la comunidad universitaria que, con la pasividad que hemos mostrado ante ciertas situaciones sociales relacionadas o no con nuestra institución docente, estamos acabando con la identidad universitaria.

En lo que respecta a la Universidad, y a pesar de que los pasillos son un hervidero de protestas ante el caos al que nos ha llevado el Proceso de Bolonia (o más bien la penosa adaptación española a dicho proceso) los miembros de la Comunidad Universitaria acudimos a los Consejos de Departamento, Juntas de Facultad y Consejos de Gobierno con una actitud sumisa y condescendiente con el poder establecido…qué lejos quedan aquellos tiempos donde Rectores, Decanos y Directores de Departamento sufrían de lo lindo en esas durísimas sesiones donde se ponía en entredicho su gestión.

Más grave aún es la postura universitaria ante los problemas de la sociedad. No soy yo amante de reivindicar aquellos tiempos en los que alumnos y profesores universitarios corrían delante de los “grises”, eran otros tiempos, pero tampoco estoy de acuerdo con la lejana distancia desde la cual los universitarios observamos a la sociedad amparándonos en la triste excusa de “desde aquí poco podemos hacer”.

Además, y debido al propio sistema de promoción del profesorado universitario, los miembros de la institución nos hemos alejado de forma casi despectiva de la sociedad que nos rodea. El investigador ha caído en una espiral donde lo único que nos mueve es el afán por publicar nuestros resultados en revistas de reconocido prestigio pero… ¿quién le cuenta a la sociedad lo que hemos descubierto y sus utilidades? 

Escudándonos en las típicas frases “seguro que a la sociedad no les interesa”, “seguro que la gente no lo entiende” o simplemente en que “esa labor no cuenta en ningún baremo de promoción universitaria”, la comunidad universitaria no solamente ha dado de lado a la divulgación científica sino que incluso está mal vista por ciertos sectores…y esto ha hecho mucho daño al espíritu universitario.

Por estas razones suelo hablarles a mis queridos primos de lo que es la Universidad, o más bien lo que era, de lo que deben buscar en ella y de lo que la institución espera de ellos… Mi jefe siempre dice que a las reuniones hay que ir con los deberes hechos por lo que si uno quiere entrar en la Universidad está en la obligación no solamente de conocer donde se mete…sino de por qué lo hace.

Una vez que les he transmitido, o al menos intentado, mi idea de lo que debería ser el espíritu universitario, paso a formularles, con la segunda cerveza en la mesa, la siguiente de mis preguntas…que ni mucho menos es la típica “¿Qué carrera es la que más te gusta?”

Lejos quedan aquellos tiempos donde se recomendaba hacer la carrera que más gustara al sujeto en cuestión. En los tiempos en los que vivimos la elección de una carrera no puede ser independiente de la situación social que rodea a la misma. Siempre he pensado que la carrera a elegir no debe ser la que más te guste sino dentro de las que no te disgusten la que mejor posicionada esté en el mercado laboral…que de soñadores está lleno el cementerio.

Las posibles salidas profesionales, la tasa de éxito laboral de los egresados, la existencia o no de esa carrera en tu ciudad natal…todo eso hay que tenerlo en cuenta si no queremos pasar a engrosar las listas del paro una vez concluidos los estudios universitarios…y aun así la situación actual es muy complicada.

Por ello la siguiente cuestión que les planteo a la banda de familiares que tengo está muy clara… ¿Qué profesión no te ves capaz de realizar? Tras una mirada de asesinos que no tardo ni medio segundo en devolvérsela, les hago el siguiente comentario con otra pinta en la mano.

Hace unos meses leí a uno de mis blogueros preferidos, que se mete aun en más charcos que yo, una reflexión que viene que ni pintada a esta entrada. Estoy absolutamente seguro que si afirmo que todos los niños de este mundo podrían, si se lo propusiesen, llegar a ser Leo Messi, mucha gente me llevaría la contraria…que si hacen falta unas cualidades especiales, que si se necesitan unas condiciones innatas…estoy de acuerdo. Pero… ¿qué ocurre si afirmo que no todo el mundo sirve para ser cirujano digestivo o piloto de avión?….la experiencia me dice que se me acusará de no dar a todo el mundo todas las mismas posibilidades, de ser un sectario, etc.

Pues no…no todo el mundo sirve para desempeñar cualquier función (o al menos esa es mi opinión) y, aunque cueste un poco realizar ese ejercicio de humildad, a veces deberíamos plantearnos eso a la hora de seleccionar la carrera universitaria…nos ahorraríamos tiempo, dineroy decepciones.

Ante el estupor de mis primos, y con la cuarta cerveza encima de la mesa, la siguiente cuestión que les formulo es… ¿Qué tipo de vida quieres llevar? Evidentemente no les hablo de querer ganar lo máximo posible invirtiendo el menor esfuerzo, para «ese viaje no se necesitan alforjas», sino de cómo quieren vivir, de si prefieren una vida dinámica o más pausada, de si buscan la estabilidad rápida aun sabiendo que llevaran un estatus medio de vida o prefieren la búsqueda del éxito

Yo, que estudié Ciencias Químicas, jamás me vi trabajando en una empresa del sector, entre otras cosas debido al tipo de vida que ello llevaba implícito por lo que luché hasta la extenuación por poder ejercer mis labores docentes e investigadoras…otros jamás se plantearían dar clases o estar metidos en un laboratorio investigando en cosas que nunca sabemos si verán la luz…sobre gustos colores…pero el tipo de vida que queremos llevar cuando acabemos la carrera es uno de los factores prioritarios que deberían influir en la elección de la carrera universitaria.

Una vez conocidos todos esos aspectos, y sabiendo la rama del Bachillerato de la que proceden, la baraja de la elección de la carrera universitaria se reduce a unos pocos Grados o Licenciaturas… y ahí se acaba la conversación. Jamás digo cual es la carrera ideal…no la hay. Elijamos la que elijamos siempre tendremos dudas de si la elección ha sido la correcta, pero eso pasa en todos los ámbitos de la vida.

Llevamos ya 4 cervezas en el cuerpo…nos pedimos la última…nos reímos y quitamos hierro al tema. No hay que presionarse demasiado. En mi Departamento hay químicos, biólogos, bioquímicos, farmacéuticos…y todos trabajamos en lo mismo.

Concluyo. A pesar de que siempre recomiendo que es absolutamente necesario no parar de estudiar y de formarnos en todas las etapas de nuestra vida, una vez acabados los estudios de Bachillerato tenemos la obligación de plantearnos si queremos o no ingresar en la Universidad. Si tras barajar todas las opciones posibles decidimos cursar los estudios universitarios, la elección de la carrera que va a marcar nuestro futuro no es tan difícil. Una carrera que nos atraiga, aunque no sea la que más, con un mercado laboral que no esté saturado y que nos lleve a un tipo de trabajo acorde con nuestra forma de ver la vida…es suficiente para tomar la decisión correcta. Si además logramos impregnarnos del espíritu universitario nuestro paso por la máxima institución docente será una gran experiencia que jamás olvidaremos. Lo complicado viene después…. pero eso es otra historia.

Ya solamente me queda una cosa para acabar esta maravillosa tarde de asesor, orientador y psicólogo… esperar la llamada de la madre de mi primo para ver si hemos escogido la carrera que ella quería que su hijo hiciese. Cuando oye las risas e intuye el estado etílico en el que estamos me cuelga y se pasa un largo tiempo sin hablarme. Pasados unos meses me llega un regalo, en el fondo no soy tan malo…pero sólo en el fondo.

Jose

Esta entrada fue publicada en Universidad, Varios y etiquetada , , , , . Guarda el enlace permanente.

36 respuestas a La elección de la carrera y la pérdida del espíritu universitario

  1. Patricia dijo:

    Son excelentes consejos Jose. Y estoy de acuerdo en que el espíritu universitario no es el mismo que antes, incluso comparándolo con el de mi generación, que se puede considerar medianamente reciente.

    Sin embargo, no creo que una elección por vocación sea algo desacertado. Aunque no sea la carrera con mejor salida laboral. Uno tiene que dedicarse a lo que mejor se le dé y luego saber orientar sus estudios a una salida laboral. No siempre es fácil, pero creo que es una buena opción. O a lo mejor soy una idealista, que también puede ser.

    En mi caso particular, siempre quise estudiar Química, pero me matricule en Empresariales por presiones familiares. No duré ni dos semanas y lo dejé. Al año siguiente me matriculé en Químicas y aquí estoy. No me ha sido fácil encontrar un puesto de trabajo acorde a mis expectativas (yo tampoco me veía en una empresa del sector y el tema de la investigación en la universidad se me cerró demasiado rápido), pero con esfuerzo y paciencia todo llega.

    Supongo que cada persona es un mundo y tiene unas necesidades. Pero si la forma en la que quieres vivir tu vida es dedicarte a lo que siempre has soñado, tienes que escoger la carrera que más te guste, sin pensar en las posibles salidas laborales. Eso será algo que cada uno tendrá que abordar cuando llegue el momento y pelearlo.

    Es solo otro punto de vista.

    Un abrazo Jose!

    • Hola Patricia,
      a ver. Es posible que no me haya explicado bien. Por supuesto que hay que decantarse por la vocación pero lo que intento explicar te lo voy a poner en forma de un ejemplo que te viene al pelo…jejeje. Si dudas entre matricularte en Bioquímica o en Biotecnología…¿qué carrera seleccionarías? Yo soy de los que digo que entre dos carreras con tantas similitudes hay que escoger la que más salidas te aporte. Evidentemente esto no sirve para Empresariales y Químicas…pero sí para dos carreras muy similares como las que tu bien conoces.
      Estoy de acuerdo en que la pelea llega después….
      Un abrazo!!

      • Patricia dijo:

        Ah, bueno, en ese caso estoy de acuerdo contigo. Aunque tu crees, que entre dos carreras muy similares, las oportunidades laborales pueden variar mucho?

        De todas formas, la mayoría, cuando salimos de la Universidad somos unos pipiolos con algunos conocimientos, pero cuando empiezas a trabajar es cuando ves qué perfil profesional se ajusta más a tus necesidades/cualidades/preferencias. Creo que es difícil saber orientar tu carrera profesional antes de entrar en el mercado de trabajo, aunque supongo que en esto también habrá privilegiados, como en todo.

        Tienes un duro papel como consejero, en mi opinión. No es un tema fácil. Menos mal que a mí no me pregunta nadie, jajajaja.

        Suerte y no nos dejes con la intriga y cuéntanos cual es la elección final de tu primo.

        Un abrazo «jefe»!

      • Estoy de acuerdo en que la realidad asoma cuando dejas de estudiar y te asomas al mundo profesional.
        De todas formas has dado en el clavo….dos carreras muy similares con salidas profesionales aprecidas…entonces….es un error que se implanetn las dos carreras? Tema interesante a debatir.
        Si yo tuviese que elegir entre las dos actualmente seleccionaría Biotecnología, entre otras cosas porque en Murcia ya hay casi 15 promociones de Bioquímicos y aun no ha salido la primera de Biotecnólogos.
        Mi primo aun no se ha decidido pero creo que hará….¡¡¡FÍSICAS!!!
        Un abrazo

  2. José Luis dijo:

    José Manuel;
    Mas que espíritu universitario, definiria falta de vocación profesional y apostolado en cualquier profesión,el estudiante saliente del bachillerato no tiene los conocimientes necesarios y suficientes para el ingreso a una carrera profesional, amen de falta de vocación hacia la carrera seleccionada, como bien dices lo hacen por mercantilismo, cuando una profesión se desarrolla bajo esta situación solo tiende al fracazo total.
    Despues de ser catedratico por cuarenta años en una universidad de México, y aun lo soy, me he percatado del deterioro mental del alumnado, es decir el estudiante ya difícilmente razona, pieso que el uso exesivo de la computadora lo ha generado, siempre fuí enemigo de ella, actualmente la utilizo como medio de aprendizaje en diversas páginas como esta y bajar libros científicos.
    Como maestro siempre el primer día fijo mi postura ante los alumnos, silencio total en el aula, modo de vestir decente, no pants, no shorts, no pelo largo (buscate otro maestro que te lo permita, yo no), no gorras, por respeto a la institución a la que perteneces.
    Interesante tu artículo, se podrian comentar muchisimas cosas al respecto
    Saludos desde méxico

    • Gracias José Luis,
      Tu lo has dicho: respeto…ahí está la clave. Pero la culpa no es solamente del alumnado, ni mucho menos.
      Un saludo

    • siso dijo:

      Señor José Luis, quisiera preguntarle qué falta de respeto encuentra usted en que un alumno tenga el pelo largo. Le recuerdo que tanto Jesucristo como Newton gustaban de llevarlo así, ¿los hubiese expulsado de su aula? No quiero decir con esto que sea usted intolerante, tal vez yo le gane en ese aspecto: a usted lo hubiese expulsado de mi aula, ya que considero que alguien capaz de cometer tantas faltas de ortografía en tan pocas líneas no tiene suficiente dominio del idioma como para comprender adecuadamente conocimientos avanzados. Saludos de un peludo.

      • Winter dijo:

        Touché, justamente estaba pensando el asunto de la ortografía mientras leía el comentario. Me parece increíble que siendo catedrático durante cuarenta años con tal nivel de intransigencia no se haya tomado la molestia de aprender a escribir correctamente.

  3. Cristian dijo:

    Muy de acuerdo con todo lo que dices. La mayor parte de los estudiantes que entran a la Universidad lo hacen por inercia, y pocos somos los que empezamos la carrera queriendo disfrutarla y no sólo esperar a que acabe para colocarse en un trabajo. Y menos aún pensando en una tarea de investigación.

    Luego, si nos ponemos a hablar de la divulgación ya es impensable que alguien piense en ello mientras hace la carrera. Así, luego los que estamos metidos en una carrera sin pensar sólo en cuántas horas tendré que trabajar el día de mañana parecemos los raros.

    Gran artículo. Saludos.

  4. Ricarduzz dijo:

    Parece que los profesores pensais igual. Sera porque conoceis el tema, seguramente.

    Tuve un profesor, muy majo y dicharachero que nos aconsejaba el tipo de estudio que él personalmente pensaba que nos convenía. Él decia algo muy parecido a lo que dices tú, pero más que nada, él insitia en no tanta universidad y más FP, que los universitarios son más de trabajos ‘intelectuales’ y poco ‘practicos’. Me explico, decía que el numero de estudiantes universitarios estaba demasiado concurrido y que en un futuro a la sociedad le haría falta trabajos ‘practicos’ como son la mayoría de los FP.

    Quizá tenga razón y la sociedad debería considerar más en serio el FP que la universidad para que un futuro no haya tanta decepción en la uni, además que con el FP es más facil conseguir trabajo.

    Este es un tema para analizar detenidamente.

    Buen articulo, Saludos.

    • Hola Ricardo,
      gracias por el comentario. En efecto, la FP debería ser mejor considerada en este país a pesar de que no crea que «los universitarios son más de trabajos ‘intelectuales’ y poco ‘practicos’»
      Efectivamente es un tema para analizar muy detenidamente.
      Un saludo

  5. Ana dijo:

    Querido colega… me gustó mucho este artículo,y creo que me sentí un tanto identificada, sin embargo…disfruto mi carrera…no tengo dudas de ella, la escogí… xq creo que se adapta a mis talentos y sueños…y me siento afortunada por ello… =D

    Muy buen artículo

  6. Ontureño dijo:

    Ahí ahí, verdades como puños, joder, COMO PUÑOS. Pues no sobra mucha gente estudiando en la universidad ni nada…

    Por cierto, tú también trabajas en la ¿UM?

  7. HolaaMIGOS dijo:

    Eso de con pelo largo en mi clase no, me parece excesivo, ¿No?

  8. omalaled dijo:

    Hola, José Manuel.

    Permíteme discrepar, aunque sea, un poquito 🙂
    Yo soy el vivo retrato de uno de esos alumnos que has descrito. Con 18 años me interesaban los motores, pero poca cosa más y no sabía ni que existía la carrera de ingeniería industrial (me lo comentó un compañero de COU). Cuando empecé las clases pensé que todo aquello era un rollazo y el primer año me tumbaron en casi todo.

    Pero un día, no sé por qué, las clases empezaron a gustarme. Conocí un catedrático de física que me recomendó ciertos libros que me encantaton; y fue como mi despertar en los estudios.

    Yo creo que va muy en función del tipo de educación que se haya recibido, pero sobre todo en casa, y de la propia personalidad, el afán de superación de uno mismo y no sé qué cosas más.

    Es cierto que en las universidades hay menos gente, pero también son menos los de la edad de entrar que en mi promoción.

    La Universidad es un mundo por descubrir, y no lo conoces hasta que estás dentro. Y entonces, si tienes el gen del aprendizaje (o lo que sea que exista) te acaba picando.

    No sé si me explico lo que quiero decir, pero no creo que generalizar sea aplicable en este caso. He conocido jóvenes universitarios que dan diez mil vueltas a gentes de mi edad en sus trabajos en muchos aspectos. Y también he conocido a chavales que no les da la gana de hacer nada y saben leer de casualidad. Pero supongo que esto también se daba en las generaciones anteriores, ¿no?

    Salud!

    • Hola!
      nos é por qué dices que ciscrepamos…porque yo pienso lo mismo que tu palabra por palabra. Es más, estoy absolutamente de acuerdo qen que el tipo de educación y la personalidad de uno mismo es clave en todo este proceso….y no, las generalizaciones no son buenas nunca.
      Un saludo!!

  9. Pingback: Las cinco claves del éxito de una Tesis Doctoral | SCIENTIA

  10. Belén dijo:

    Hola! Me he encontrado este post por casualidad y debo decir que me ha gustado mucho. Creo que eres un estupendo asesor para tus primos, y me parece muy vailiente decir que no todo el mundo vale para todo, y creo que tienes toda la razón. Ojalá practicáramos más esa humildad que citas y nos planteáramos más esa cuestión, a la hora de elegir carrera. Yo estudio último curso de médicina, me encanta la universidad y me he involucrado mucho en ella. Pero como tú, me he desencantado viendo la actitud pasiva de mis compañeros, que se dedican a pasar por ella como si fuese la continuación del instituto y obviando las posibilidades que tenemos de participar de nuestra propia formación, de ir más allá de lo académico. Aún así, sigo trabajando con los pocos que piensan como yo, para intentar meter el gusanillo a los demás. A veces también hay seminarios, cursos y charlas de profesores como tu que despiertan a los dormidos. Yo me animo a no perder la esperanza y a seguir trabajando para cambiar las cosas. Un saludo.

  11. Valentina dijo:

    Hola, José.
    En primer lugar, te felicito por tu excelente entrada, hacía tiempo que no oía palabras tan sensatas respecto a los jóvenes.
    Estoy de acuerdo con la mayor parte de tus ideas, pues no sólo en la Universidad se ha encontrado un ambiente degradado y poco afín a lo que era antaño, sino también en las clases de Bachillerato e incluso en los últimos años de la ESO. Cuando antes, conforme se iba aproximando uno a la mayoría de edad, crecían las inquietudes intelectuales (y, sobre todo, políticas) hoy en día decir que uno lee el periódico con frecuencia o que le interesa ganar en cultura es algo tremendamente raro y cada vez se trata de casos más aislados. Me atrevo a decir que aquellos que no encajan bien en algunas situaciones buscan su salida y un ambiente en el que vayan a poder hablar de depende qué temas fuera de la Universidad, por lo que comparto tu opinión de que la facultad es, cada vez menos, un hervidero de «mentes rebeldes». Por lo tanto, sólo se trata de buscar en sedes políticas, conciertos, coloquios, ONGs y demás círculos para encontrarse con ese mundillo en vía de desaparición.
    Lo que yo me pregunto es, ¿por qué nuestra sociedad ha llegado a estos límites? ¿Qué se ha hecho mal en el pasado? Y, sobre todo, ¿cómo podemos salir de este círculo vicioso ahora? Parece ser que lo que más preocupa es la crisis económica porque, ya se sabe, el ser humano cubre primero sus necesidades básicas (que la sociedad capitalista ha convertido en necesidades económicas) antes que las demás. Estoy harta de escuchar palabras vacías de políticos sin ideas y presos de un sistema excesivamente burocrático y lejano de aquellos por quienes deciden. Hoy, viendo un documental en el que aparecían imágenes de la Segunda República en España veía a políticos que no necesitaban un atril y papeles para hacer un discurso, que hablaban frente al pueblo, congregado alrededor de ellos, y que a su vez participaban activamente en política. No soy historiadora ni conozco nada de la vida, pero un hecho es un hecho y lo que veo habla por sí mismo. ¿Falta de valores? Puede ser. El respeto junto con el reconocimiento de la propia ignorancia son los dos que veo más faltos en nuestra nación.
    Por lo tanto, hablamos de un problema social de raíz cuya solución se encuentra en un cambio radical, brusco y definitivo, sin un continuo vaivén de leyes y decretos cada cambio de legislatura y con unos principios básicos que, se sea de izquierdas o de derechas o de yo que me sé ya el qué, deberían estar fijados y asentados.

  12. Aminoácida dijo:

    Y de casualidad twittera aterrizo en este post.

    Por mi parte, decir que es absolutamente cierto que la mayoría entran a la Universidad por inercia, porque es lo que toca, porque si «te quedas ahí» o vas a la FP es como si estuvieras condenándote a trabajos poco cualificados y de poco sueldo sin posibilidades de ascenso (como pasa también con las carreras, pero eso en teoría no lo sabes aún ;p).

    Para elegir la carrera yo creo que debería ser una mezcla de ambas cosas, por un lado ver lo que se te da bien y lo que te gusta y por otro ver con qué estudios basados en esas materias puedes sacar mayor partido en el futuro. Pero sobretodo no presionar con tradiciones familiares (esos hijos de médicos que tienen fobia a la sangre y les obligan a ir a la facultad de medicina) o con que «es que esta profesión da más dinero». Se trata del resto de nuestra vida, a lo que dedicaremos más tiempo que a cualquier otra cosa. Si lo vivimos amargados por haber escogido mal o por presiones…mal vamos.

    Creo que si uno pierde la fe o el espíritu universitario del que hablas debería salirse de la universidad y trabajar unos años en su campo, ver la realidad antes de terminar la carrera. Vale que eso te retrasa y tus padres quieren matarte por no hacer la carrera del tirón, pero yo lo he hecho y lo recomiendo absolutamente si puedes permitirte acabar la carrera más tarde. Me salí de mi carrera porque ME ABURRÍA, era todo memorizar y vomitar en un examen, nada tenía sentido, las prácticas eran sólo trabajo gratis durante meses y creía que nada de lo que me enseñaban tenía una aplicación real. En eso último no andaba demasiado desencaminada, la verdad.

    Así que me salí, aunque me fue difícil encontrar trabajo en mi campo, sí fui encadenando trabajos que me daban diferentes experiencias (en la juventud cualquier curro te vale de algo, incluso el McDonalds) hasta que por fin acabé con mis huesos en uno de los principales puestos de trabajo que da mi carrera.

    Qué experiencia, porque por fin te das cuenta de si realmente lo que has elegido te gusta y quieres seguir en ello o si por el contrario el próximo curso vas a dar un giro radical y a dedicarte a otra cosa. Después de haberlo vivido, lo ves todo con otros ojos y es entonces cuando creo que estás preparado para volver con ese espíritu universitario de no ir a tragarte un rollo infumable, como has venido haciendo desde el colegio hasta el bachiller, sino a verdaderamente aprender y compartir conocimiento porque la Universidad es mucho más que aprender fórmulas, nombres, fechas y definiciones. Cuando entiendes lo que significa investigar, porque has visto que en tu trabajo las cosas se podrían hacer mejor o que has descubierto un nuevo modo de hacerlas o un proceso más eficiente (quizá no sea esa la definición de investigar más ortodoxa). Cuando te has codeado con profesionales y con lo que se mueve en tu sector y tienes ganas de seguir toda esa corriente.

    Creo que, si no obligatorio, sí debería ser recomendable una experiencia como esta para los universitarios, te abre mucho los ojos y te da perspectiva. Eso sí, si el día que vuelva a mi facultad me piden hablar sobre mi experiencia en mi sector a los alumnos nuevos de primero…espero que no les importe que espante a unos cuantos, porque pienso contar la verdad de lo que se cuece por aquí, que también nos venden algunas carreras como la panacea y luego hay que partirse el lomo como un berraco (aunque supongo que esto pasará en todas).

    Perdón por el tocho infumable, no entra en el examen. Y mucha suerte a tus primos.

  13. iguanamarina dijo:

    Reblogged this on iguanamarina and commented:
    Reblogeo este artículo al que no le falta razón en ningún aspecto. La inercia estudiantil y la pérdida del espíritu universitario.

  14. Alicia dijo:

    Yo suelo recomendar, para abrir el apetito intelectual (ese que nos quitan a la torera durante la infancia y la ESO), acostarse con profesores universitarios.

    De hecho, en general, con cualquier profesioná de ámbito intelectuá, te puede servir para el caso y la motivación (alegría, curiosidad, vitalidad).

    Creo que he aprendido un poquito de todo, a pensar, intuir, razonar y variar mis marcos de significación, en el ir y venir del preguntar a los profesionales por su entender, y además leer y aprender por cuenta propia acerca de lo que a ellos les interesaba. Porque no hay cosa que más curiosidad me dé que entender las razones que le interesan al otro. ¿Por qué le darán atención a ciertas cosas y no a otras?

    Sé lo que quiero: estudiar biología. Sé que no puedo ahora mismo (nota de corte insuficiente y pasta insuficiente). Sé que no es uno de los sectores (en España) como mejor índice de colocación (en ejpaña jobran científicos, dijo Vela maniacavilmente). Sé lo que se me da de lujo: la psicología. Sé que el futuro dispone mientras el presente propone. Sé que quiero hacer puente entre psicología y biología. Tengo en mis oraciones presentes al señor Varela, ¿qué menos que atender a esa inclinación?

    Pero… me da pa grado profesional de ciclo superior, y a saber si me quitan plaza, que en Madrid hay una competencia terrible pa los de ciencias.

    Debería pillar a un funcionario de administración, de becas y de admisión. O a un informático de esos chungos, hacker, que como anda tó informatizao, a lo mejor ni necesito al primero 😀

    Quizás valga pa empresaria. El saber hacer un uso útil de recursos también tiene buena salida. Eso es lo que no saben hacer en Ejpaña. Un buen uso de recursos. Con los cerebros que tenemos (y me he encontrado unos cuantos, orgullosa que está una de ser un lugar de acogida de grandes mentes intelectuales), y todos desperdiciándose. Si es que me da una rabia…

    ¡Arriba el amor y el conocimiento! ¡Abajo el odio y la ignorancia!

  15. Alicia dijo:

    (ma quedao mu hippie, que bonico)

  16. Bori dijo:

    Pues estoy de acuerdo contigo, murciano. En mis dos últimos años de Universidad (sobre todo) hice acopio de créditos de libre elección, de esos con los que sobornan a los alumnos, por un montón de actividades que hice porque me apetecían. Me daba pena que en casi todas ellas hubiera poca gente y, en muchos casos, fuese por obligación.

    Recuerdo una charla con el subdirector de ‘El País’ (¿cada cuánto va un tipo tan interesante a la UPV/EHU?) y solo había gente que tenía que ir por obligación, una charla con Enrique Meneses (leyenda viva), más de lo mismo o un taller de geoposicionamiento en el que solo estaba yo de Comunicación, el resto eran de Bellas Artes buscando nota para una clase.

    Me fastidia mucho la pereza y la quietud de los estudiantes universitarios. Y luego se atreven a criticar todo sin miramientos. Yo hice todo lo que pude para aprovechar mis últimos años y, a base de eso, he conseguido bastante para mi vida profesional. Tengo trabajos temporales gracias a las horas que metí en actividades relacionadas con mi campo, sean o no fomentadas por la Universidad, y conocí a gente por ese tipo de cosas.

    Reitero que estoy muy de acuerdo contigo.

    Gran post, de los pocos que he acabado de leer en este blog.

    Un saludo.

  17. Pingback: Cuando hables de salarios utiliza la mediana - Gaussianos | Gaussianos

  18. Manolo dijo:

    Buenas tardes, José.

    He de decirte que estoy de acuerdo en casi todo lo que has escrito. En casi todo, excepto en una cosa: las consideraciones a tomar antes de elegir una carrera.

    Desde luego, las decisiones que se toman exclusivamente con el corazón no suelen salir bien, siempre es bueno verter un poco de raciocinio en el asunto. Sin embargo, hay casos en los que alguien puede tener muy claro que quiere estudiar cierta carrera, bien porque sea vocacional(lo que no es exclusivo de los estudiantes de Medicina, eh) o porque es extremadamente afín a sus gustos. Puede pasar que, además, la carrera a escoger sea de las típicas que suelen ofrecer pocas salidas laborales. Los ejemplos más típicos: Historia, Bellas Artes, o alguna filología «rara».

    Incluso puestos en ese caso, creo que no hay que tener miedo a elegir esos estudios. Pero claro, esa falta de temeridad debe ir acompañada también por una idea que debe estar clarísima: si vas a estudiar algo que te guste, y de lo cual quieres ejercer, no puedes tener miedo a moverte. Si no encuentras aquí el trabajo que quieres, puede que esté en Francia, en Uruguay o en Australia. No hay que tener miedo, pues ese mismo miedo a dejar la vida que tienes en tu país puede paralizarte y hacer que malgastes tu tiempo. Al fin y al cabo la vida laboral es bastante larga en relación con la vida propiamente dicha, vas a estar unos cuarenta años ejerciendo un trabajo que seguramente esté condicionado por tus estudios. Si vas a estar tanto tiempo trabajando, al menos que sea en algo que te apasiona.

    Sin más, te felicito por la entrada, a ti y a tus 60 primos.

    ¡Un saludo!

    • Winter dijo:

      Iba a comentar algo parecido, pues mi caso es uno de esos. Siempre me han gustado las artes gráficas, el dibujo, la animación… cuando me plantee entrar en la universidad, Bellas Artes parecía la opción más acertada para mí. Después de escuchar los típicos «Eso no tiene salida» de boca de casi todo el mundo durante mis años de Bachillerato, cometí el error de buscar la «opción útil» y me matriculé en Diseño industrial.

      El caso es que necesité acabar la carrera y realizar un breve periodo de prácticas en una empresa de por aquí para darme cuenta de que es más importante la otra de las preguntas que plantea Jose: «¿qué estilo de vida quieres llevar?». Desde luego, no me veo haciendo planitos para una fábrica de muebles de poca monta durante 50 años de mi vida (por poner un ejemplo).

      Coincido completamente contigo, Manolo, salidas laborales hay tantas como tú quieras crearte, aquí o en cualquier parte del mundo donde se necesite de alguien con tus habilidades. Depende de si estás dispuesto a moverte y/o sufrir por conseguir esa meta o prefieres una vida estable y tranquila con un sueldo aceptable, como mencionaba Jose en el artículo.

      Desde mi experiencia yo recomendaría a cualquiera a intentarlo y a no dejarse llevar por lo que la gente suele decir. Igual me pasa como a Patricia y soy un idealista, pero invertir tantísimo tiempo y dinero en aprender una disciplina que te gusta a medias sólo porque «es lo que toca» y arrepentirte durante años no me parece una buena opción.

  19. Veloz dijo:

    Unas palabras fantásticas.

    Aunque en otro ámbito, igual de fantásticas que las recitadas hace un par de meses en la Universidad de Granada

  20. Cristina dijo:

    No sabes lo que me ayudó leer esto para pensar realmente si quería o no estar en la Universidad y estudiar la carrera que llevaba tiempo pensando. ¡Gracias, Jose!

  21. Frank dijo:

    Acabo de descubrir este blog y me parece muy interesante. Ahora me veo en la situación de tener que orientar a mi hijo, en 2º de Bachiller de ciencias, sobre las carreras. Más o menos conozco las carreras de toda la vida pero me pierdo con los «nuevos» grados. (Nuevos para mí, aunque realmente ya llevan unos cuantos años). Has comentado que contigo trabajaban compañeros procedentes de distintas carreras.
    Me gustaría que hablaras de grados de ciencias como Química, Biología, Bioquímica, Biotecnología, Ciencia y Tecnología de los Alimentos, Ciencias Medioambientales… Que hicieras una «comparativa» entre ellas, desde tu punto de vista… Si es más práctico y te da una formación más completa y general una de las carreras clásicas o si hoy en día es mejor especializarse más con uno de los nuevos grados…Tanto para investigación y docencia como para poder encontrar salidas en el sector privado.
    Creo que nos sería muy útil tu opinión (y la de los demás seguidores de este blog).
    Gracias.
    Un saludo.

Replica a Belén Cancelar la respuesta