Si tuviese que elegir un sector donde se ha abusado de forma descarada del mensaje científico para publicitar falsas propiedades de sus productos ese sería, sin lugar a dudas, el mundo de la cosmética.
Por esta razón, en los casi tres años que lleva el blog dando la murga son varios los posts destinados a analizar las verdades y las mentiras que se esconden tras estos productos. Prueba de ello son las entradas:
- ¿Puede un blog de divulgación científica poner en jaque a una multinacional de la cosmética?
- Sexo, belleza y dinero… la corrupta historia de un aminoácido
- La surrealista relación entre las cremas del Mercadona y mi famosa barbacoa veraniega
- Premio Goya a la Mejor Película de Ciencia Ficción: “El guardián de la longevidad celular”
- La horchaterapia ecológica y los aceites biosensitivos sexuales
- El cachondeo de las pastillas para broncearse
- Nestlé + L´Oréal = Innéov…¿nutricosmética u otra cosa?
- La cara y la cruz del nuevo reglamento de productos cosméticos
Pues bien, hace un tiempo tuve el placer de impartir la charla titulada “La Ciencia en la cosmética o el arte de lo absurdo” en el evento de divulgación científica Amazings Zientziateka organizado por la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU anteriormente citada, EUSKAMPUS (Campus de excelencia internacional del País Vasco formado por la UPV/EHU, Tecnalia y DIPC), y Alhóndiga Bilbao con su programa YES Future.
Tengo que reconocer que fue una conferencia especial donde hubo de todo. Ciencia, escepticismo, el affaire con L’Oréal … hasta hubo tiempo para el humor con la Txacolíterapia.
Si pinchan en este enlace podrán entrar en el canal de You Tube Scientia donde acabo de colgar la charla gracias a la gentileza de eitb.com.
Espero que les guste… ya me contarán.
Jose
Reblogueó esto en VOS en PLURAL.
Reblogueó esto en La Tienda de Carmeliy comentado:
¿Cómo nos pueden gustar este tipo de post, vendiendo como vendemos cosmética? Por un par de razones:
* No nos gustan los engaños. Vemos a diario como al recomendar determinados tratamientos cosméticos, de más que probada eficacia, pero sin ‘mucho nombre’ y con precios verdaderamente asequibles, la cliente (mujer en más del 95% de los casos) pone cara de incredulidad. Si la convencemos, no tarda más de un par de días en volver a agradecer la recomendación. Hemos vencido al marketing de las grandes firmas.
*Cultura. Tenemos que tener más criterio a la hora de enfrentarnos a cualquier tipo de mensaje publicitario, venga de donde venga: una firma comercial, un partido político… Creo que estamos en la obligación de ofrecer algo más que los productos de nuestras estanterias.
El problema que hay con tantas y tantas ciencias: la cosmética, la alimentaria, la de la salud, la económica… Qué productos son fraudulentos y cuáles no? Necesitamos organismos que velen por la seguridad ciudadana. Gracias por vuestro trabajo 😉