No hay mejor momento para dedicarle a la lectura que los periodos estivales, por lo que estoy aprovechando estos días para reducir la impresionante altura de la pila de libros y revistas de divulgación científica que tengo pendiente e ir renovando la sección «La Estantería» del blog. Si les dijese que elegí de entre todos ellos “La cuchara menguante” al azar les mentiría, ya que me dejé aconsejar por una de las mejores y más fiables fuentes de libros de divulgación científica que conozco, @DaniEPAP.
Antes de comenzar a leer un libro me gusta saber la biografía de quien lo ha escrito. En el caso que nos ocupa hoy las credenciales del autor no dejan lugar a dudas. Sam Kean colabora en diferentes medios como New York Times, Slate, The New Scientist, la revista Science y fue finalista del premio Everet Clark / Seth Payne que concede la National Association of Science Writers al mejor escritor de divulgación científica menor de 30 años… no está mal para empezar, pero lo mejor estaba por venir.
Una vez que comencé a leer, mejor dicho a devorar, las cerca de 400 páginas que forman parte de esta obra de Sam Kean y que constituyen uno de los mejores libros de divulgación científica que un servidor ha leído, quedé totalmente enganchado a “La cuchara menguante”.
A pesar de que el hilo conductor de esta obra es la Tabla Periódica de los Elementos, y que los alquimistas disfrutarán de él como pocas veces lo hayan hecho con un libro de divulgación, quien piense que “La cuchara menguante” es un libro solamente de química se equivoca totalmente. Física, biología, geología, matemáticas, geografía, farmacia, genética y hasta filosofía son algunas de las disciplinas que van apareciendo poco a poco en esta obra escrita con una originalidad y maestría que provoca que no te puedas separar del libro ni un solo momento.
A través de diferentes capítulos vamos descubriendo las sorprendentes historias que se esconden detrás de prácticamente todos los elementos químicos. Sin embargo, el valor añadido del libro de Sam Kean respecto a otros libros parecidos reside no solamente en estas increibles historias sino en la forma en que el autor nos las transmite…. Como muestra un botón:
“…En la columna dieciocho, en el extremo derecho, hay un conjunto de elementos conocidos como gases nobles. “Noble” es una palabra arcaica que suena extraña, como si más que a la química perteneciera a la ética o a la filosofía. Y, en efecto, el término “gases nobles” se remonta al lugar que fue la cuna de la filosofía occidental: la Grecia antigua. Fue allí donde, después de que sus compatriotas Leucipo y Demócrito concibieran la idea de átomo, Platón acuñó la palabra “elemento” como término general para referirse a los distintos tipos de partículas de la materia…” Y como ésta, muchas historias más.
Comenzando por una sorprendente historia del mercurio, descubriremos la promiscuidad del carbono, la agresividad del oxígeno, la impresionante historia que alberga el antimonio, el comportamiento erótico del helio, los venenos químicos, la relación entre los elementos químicos y el arte, la política o el dinero… como no nos hemos cansado de repetir durante el pasado 2011, el Año Internacional de la Química, “Todo es química”.
Durante su paseo por “La cuchara menguante”, Sam Kean nos habla del papel ejercido por los grandes padres de la alquimia sobre hechos fundamentales de la historia como las guerras mundiales, la carrera espacial, el Big Bang, el desarrollo de las nuevas tecnologías… además de contarnos la verdadera historia que se esconde detrás de muchos Premios Nobel de Química y de otros genios de esta disciplina que injustamente no recibieron tal galardón.
En definitiva, y como dijo el escritor Mark Kulansky en su crítica de “La cuchara menguante”, “ojalá hubiera leído este libro antes de empezar mis clases de química”. Si a ustedes les gusta esta disciplina la obra de la Editorial Ariel es imprescindible, pero si lo que les gusta es la Ciencia en general les aseguro que encontrarán en ella una historia fascinante que no se deben perder.
Concluyo. Como habrán podido comprobar, este post lo he ido ilustrando con diferentes viñetas relacionadas con la Ciencia de uno de los grandes maestros del humor gráfico español que falleció ayer, Antonio Mingote.
Durante muchos años, y a pesar de no ser lector del diario donde solía ejercer sus principales funciones, he disfrutado del humor ácido de Mingote, de su sarcasmo, de su ironía y de su sutileza… Muchas fueron las viñetas suyas relacionadas con la Ciencia donde, con su humor inteligente, este natural de Sitges y madrileño de adopción criticó en numerosas ocasiones la dura e injusta situación por la que está pasando la Ciencia española en los últimos años… curioso que el académico nos dejara el mismo día que el Gobierno actual adoptara una de las decisiones relacionadas con la Ciencia más vergonzosas, por decirlo de una forma políticamente correcta (imagínense entonces lo que pienso), que se han tomado en los últimos años.
Jose
Nota: Esta es mi primera entrada en la XIV Edición del Carnaval de la Química que este mes se alberga en “Educación Química”, la casa del mejor divulgador actual de la Química, el gran Bernardo Herradón.
Sencilla y elegante entrada, maravillosa ilustración con trazos de Mingote y un final que da idea de lo poco que se avanza en cultura científica en este país. Mientras el resto de Europa, al entrar en crisis, sube la dotación para investigación, aquí…sin palabras.
Gracias por esta entrada, tomo nomo nota del libro para leerlo en cuanto acabo «Cómo mojar una galleta» de Len Fisher.
Gracias Oskar y tomo nota yo del libro de Len Fisher.
Un saludo
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Muy recomendable ‘La Cuchara Menguante’ a mi me encantó el libro.
Coincidimos!!
gracias por el comentario
Gracias por las menciones. 🙂
A tí por recomendármelo 😉
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Tu comentario ha sido de gran ayuda para escoger mi libro de St.Jordi para regalar este año! =)
Pues no he tenido el gusto de leer esta obra, aunque tras esta fervorosa descripción no sólo se me presenta imprescindible, sino apasionante. Tengo el terrible defecto, que seguramente empezaré a corregir con «La cuchara menguante», de dejar las lecturas de divulgación química/científica únicamente para internet y leer en papel tan sólo ficción.
Muy bien recomendado, enhorabuena.
P.D. La entrada, no obstante, deja mal sabor de boca por ese contraste Mingote-política…
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