¿Cómo se revisa un artículo científico y qué dos problemas provoca el comportamiento de las editoriales?

Hace unas semanas se hizo viral la respuesta que Javier S. Perona, investigador del CSIC y de la Universidad Pablo de Olavide, envía a las revistas científicas cuando estas le piden que revise gratuitamente los artículos científicos que los investigadores enviamos a dichas revistas para que sean publicados. En un tweet Javier hizo pública las diferentes tarifas que reclama a las revistas a cambio de su trabajo y que depende del tipo de revista o de artículo. Según ha contado este investigador las revistas jamás le han contestado cuando le ha mostrado tus tarifas a cambio de sus servicios (yo he sido evaluador de varias revistas científicas y tampoco he recibido nada a cambio).

El objetivo de este Javier con esta denuncia pública era exponer un sistema injusto que se aprovecha del esfuerzo de los investigadores a cambio de nada, ya que las editoriales no suelen pagar a los revisores aunque luego sí cobran a las personas o instituciones que deseen descargarse los artículos que publican una vez revisados gratuitamente por dichos evaluadores. Es cierto que las revisiones sí que se han hecho gratuitamente durante muchos años… pero también es cierto que eran tiempos en las que las editoriales no cobraban tantísimo dinero por descargarse esos artículos.

Pero, aunque mucho se ha hablado de este sistema perverso, poco se ha escrito acerca del trabajo detallado que debe realizar un revisor. Tampoco se ha escrito de una segunda consecuencia de carácter científico (que me preocupa más que la económica) derivada de la grave situación por la que pasa este proceso conocido como “revisión por pares” (“peer review” en inglés). En este post abordaré ambas problemáticas basándome en mi experiencia durante más de 30 años como autor y revisor de gran número de artículos científicos.

Una vez que los autores seleccionan la revista científica donde quieren publicar su artículo, deben seguir las instrucciones de envío del manuscrito reflejadas en la web de la revista y proceder a su envío. En ese momento comienza su proceso de evaluación. El primer revisor del articulo científico siempre debería el editor de la revista o alguno de sus editores afines al tema de la publicación. Comprobará si el artículo se ajusta a los objetivos de la revista y si le parece interesante. Si es así sea lo enviará a una serie de revisores internacionales super-especialistas en el tema, invitándoles a que evalúen el trabajo. Estos (4 o 5 habitualmente) solo deberían tener acceso al título y al resumen (abstract) del artículo, ya que en caso de declinar la invitación no deberían conocer todos los resultados de la investigación para evitar un mal uso de la misma. Además, solo en caso de considerarse expertos en el tema los revisores deben aceptar realizar el trabajo encomendado por el editor (aunque desgraciadamente no siempre es así por razones que explicaré posteriormente y que conllevan graves consecuencias).

Una vez aceptada la revisión, el evaluador debe hacer una revisión bibliográfica de lo que han publicado otros autores en el mismo campo, para así saber si el articulo que le ha enviado el editor aporta algo nuevo a lo ya publicado. Más tarde volverá a leer el trabajo, pero con mucha más profundidad, analizando detenidamente cada una de las secciones (resumen, introducción, materiales y métodos, resultados, discusión y bibliografía). Finalmente, el revisor redactará un informe en el que valorará el trabajo en base a diferentes criterios como su originalidad, importancia, actualidad, rigurosidad, etc. 

En dicho informe, aparte de los aspectos concretos que crea oportuno, el evaluador da su opinión sobre el status final que merece el articulo. 

Los cuatro status habituales posibles son los siguientes:

  1. Aceptado sin modificación alguna. Es la respuesta ideal pero la más infrecuente. De hecho, a mí solo me ocurrió una vez. Precisamente en mi primer artículo científico publicado en el año 1994. Después del miedo que me habían metidos mis jefes con el proceso peer review no tuve que cambiar ni una letra por lo que pensé que esto de publicar era pan comido. A partir de ahí todo fue a peor…ni uno más de mis artículos ha merecido hasta ahora esa consideración. No es broma.
  2. Aceptado con pequeñas correcciones (minor revisions). Puedes respirar tranquilo. Lo tienes casi aprobado. El revisor te sugiere hacer ligeros cambios en el manuscrito normalmente referidas al estilo de escritura, fallos en la bibliografía, etc. También suele formularte alguna pregunta de las consideradas “fáciles” de contestar.
  3. Aceptado con grandes correcciones (major revisions). El revisor considera que debes hacer cambios muy significativos en tu artículo si quieres que sea aceptado. Suele proponerte que hagas nuevos experimentos para avalar tus hipótesis, te hace una batería de preguntas que te ponen en serias dificultades… pero aun puedes salvar los muebles. No es la peor de las respuestas.
  4. Rechazado. Tu trabajo no le ha gustado nada al evaluador. No hay nada que hacer. De hecho, no acepta ni que le contestes a sus comentarios. Es el momento en el que buscas mil excusas para justificar tu fracaso…da igual. Estás fuera del proceso si el editor sigue la recomendación del revisor.

Una vez concluido su informe el evaluador lo enviará a la revista para que el editor lo sume a los informes realizados por los otros evaluadores. Cuando el editor recibe las opiniones de los distintos evaluadores las valora, hace su informe final y se lo comunica al investigador que está esperando como agua de mayo la decisión final: Accepted; Minor revisions; Major revisions o Reject.

Es muy difícil que la decisión inicial del editor sea el status 1 (Accepted). En el mejor de los casos dará opción a los investigadores a contestar a las preguntas de los revisores (status 2 y 3). Tras recibir las respuestas el editor las remitirá de nuevo a los evaluadores para ver si están de acuerdo. Si no lo están, pueden seguir preguntando o rechazar definitivamente el trabajo en una discusión que puede alargarse mucho tiempo. En caso de dar su conformidad, el artículo pasa a ser aceptado y los investigadores pueden brindar porque el trabajo realizado durante meses, incluso años, verá la luz. 

Y una vez aceptado el artículo científico, ¿se convierte la información publicada en una verdad inamovible? Ni mucho menos. La verdadera ciencia es humilde y no pretende ser ni absoluta, ni autoritaria, ni dogmática… ahí reside su gran valor. Todas las ideas, hipótesis, teorías, todo el conocimiento científico están sujeto a revisión, a estudio y a modificación. Con el paso de los años aparecen nuevos descubrimientos y nuevas técnicas de análisis mucho más precisas que pueden contradecir lo que anteriormente se daba como cierto. Por esta razón la ciencia no debe presumir nunca haber alcanzado la verdad, tampoco debe ser su objetivo llegar a ella. Conformémonos con ir aproximándonos paso a paso. 

Tras leer todo este proceso podrán imaginar que el trabajo del revisor tiene una gran responsabilidad. De él dependen aspectos tan importantes como mejorar el curriculum profesional de los investigadores autores del artículo, influir con su veredicto en la financiación de futuros trabajos y, sobre todo, contribuir al consenso científico sobre un tema determinado. Por todo ello la revisión que realizan debe ser muy meticulosa, les llevará mucho tiempo y, por supuesto, estará basada en el conocimiento científico acumulado por los evaluadores durante toda su carrera científica. No es fácil encontrar revisores que dispuestos a realizar todo este trabajo y que además sean grandes especialistas.

Una vez conocido detalladamente en qué consiste el proceso de revisión científica no creo a nadie de ustedes le extrañe que los revisores soliciten una remuneración por su trabajo, y más cuando las editoriales implicadas ganan importantes sumas de dinero gracias a las suscripciones que pagan las instituciones científicas (o personas individuales) para tener acceso libre a los trabajos revisados. El hecho de que esto no sea así ha provocado que miles de investigadores de todo el mundo se nieguen a revisar más artículos gratuitamente, una labor que se ha hecho durante muchísimos años por parte de la comunidad científica. 

Pero esta negativa a revisar artículos tienes una segunda consecuencia de la que poco se ha escrito y que me parece aun más grave que el tema económicos.

Como ustedes saben los trabajos científicos abordan temas muy específicos. Pues bien, al no encontrar evaluadores superespecializados (como sería lo deseable) las revistas comienzan a solicitar la ayuda de científicos que no son especialistas en el tema investigado. En teoría estos nuevos evaluadores deberían negarse a evaluar el trabajo, porque es un disparate juzgar un trabajo si no eres especialista en el tema a evaluar. El evaluador inexperto podría cometer infinidad de errores científicos en el proceso de evaluación, siendo deshonesto con el sistema de publicaciones científicas e injusto con el trabajo de otros colegas.

Desgraciadamente, muchos evaluadores inexpertos no renuncian a evaluar trabajos aunque no sean de su especialidad. ¿Por qué? Porque piensan que así enriquecen su curriculum vitae y su evaluación les podría contar positivamente para futuras acreditaciones o baremos. Un disparate.

¿Y qué consecuencias acarrea que evaluadores no especializados revisen trabajos de los que no so especialistas? Dos principalmente:

  1. En la literatura científica ya pueden encontrarse artículos con graves fallos (metodológicos y de contenido) debido a que no fueron detectados por los revisores inexpertos al no saber detectarlos
  2. Buenos artículos enviados por los investigadores han sido rechazados por estos revisores sin motivos científicos para ello.

Estimados lectores de Scientia, siempre he defendido que el sistema de “revisión por pares” es un buen proceso de revisión de artículos científico, aunque francamente mejorable. Sin embargo, si no podemos fin a determinados comportamientos abusivos de las editoriales, el sistema de publicaciones se vendrá abajo por razones no solo económicas sino también científicas.

Jose

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3 respuestas a ¿Cómo se revisa un artículo científico y qué dos problemas provoca el comportamiento de las editoriales?

  1. Oliver Cuevas dijo:

    ¡Muy buen artículo Jose! En tu opinión, ¿qué soluciones puede haber para impedir el colapso del sistema de publicaciones? ¿Crees que ya va siendo hora de que los revisores no hagáis vuestra labor de forma gratuita?

    Un saludo,
    Oliver

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