La ciencia de la floración explicada en 6 pasos

Uno de los objetivos de la divulgación científica es ayudar a comprender mejor el mundo que nos rodea. Con ello no solo entenderemos el porqué de las cosas que ocurren a nuestro alrededor sino que, además, las disfrutaremos aun más. En el artículo de hoy intentaré poner mi granito de arena para que, si ustedes deciden acercarse este fin de semana a algún paraje español a contemplar el maravilloso espectáculo de la floración, lo disfruten aun más gracias al conocimiento científico. Como ejemplo en este post me centraré en la reconocidísima floración de Cieza, un maravilloso municipio murciano cuya floración que recibe durante estas semana miles de visitantes. 

Durante los meses de febrero y marzo se produce en las 13.000 hectáreas de frutales de hueso de este precioso municipio murciano la floración. Se trata de una explosión de color caracterizada por la mezcla de las diferentes tonalidades rosasde las flores de la múltiples variedades de melocotones ciezanas; blancas (y en algunos casos incluso amarillentas) de ciruelas, albaricoques y almendras; y verdes de las hojas de los árboles ya florecidos.

Fuente: La Verdad

Estos días los campos ciezanos se inundan de turistas ávidos por contemplar los diferentes colores de las flores, pero… ¿sabemos cómo se forman dichas flores?

La generación de una flor es uno de los procesos más complejos que existen en la naturaleza y solamente desde hace unas décadas los científicos han comenzado a estudiar las bases moleculares que hay detrás. Gracias al desarrollo de técnicas de biología molecular los científicos conocen que las plantas con flor han desarrollado una complicada red de señalización molecular que les avisa de cuál es el momento idóneo para comenzar la floración.  Analicémoslas.

  1. Integradores florales. Aunque una planta tiene muchísimos genes, la decisión final de iniciar la floración depende de la activación de un número muy pequeño de ellos. Se trata de los llamados integradores florales, un grupo de genes que actúan como interruptores. Al encenderse se pone en marcha una cascada irreversible de reacciones moleculares que origina los anillos concéntricos (o verticilos) en los que se disponen los órganos florales que forman la flor madura: sépalos, pétalos, estambres y carpelos.

2. Fotorreceptores. La presencia en la estructura de las flores de fotorreceptores vegetales permite a las plantas identificar con una precisión asombrosa la longitud de onda exacta de la luz que reciben y también la estación del año en la que se encuentran (no es la misma luz la que hay en invierno que en primavera). Cuando esa luz es la idónea las plantas activan un maravilloso sistema interno (conectado con el de los integradores florales) que también contribuye a la formación de las flores.

3. Los relojes celulares. Además de los fotorreceptores también influyen en la floración otras estructuras presentes en las plantas: los relojes celulares. Estos marcan periodos de 24 horas y permiten que cada célula se anticipe a los ciclos de luz y oscuridad. Según la respuesta al fotoperiodo las plantas se clasifican como de “día largo” (si florecen cuando los días se alargan como ocurre con el tabaco o el rábano) o de “día corto” (si lo hacen cuando los días se acortan como el arroz). Otras, como la patata o el pepino, no dependen de un ciclo determinado de luz/oscuridad para florecer.

El reloj circadiano de Arabidopsis thaliana (Fuente: Encuentros en la biología)

4. Las hormonas. Las hormonas vegetales juegan un papel fundamental en la regulación de la mayoría de los procesos fisiológicos de la planta. Las giberelinas son un tipo de hormonas que están directamente relacionadas con la floración hasta el punto que su presencia podría asegurar la misma incluso en casos de ausencia de otros estímulos ambientales.

5. El frío. Muchas especies vegetales comienzan la floración tras haber estado previamente expuesta a un periodo de frío. El proceso por el cual las plantas inician su floración tras una exposición prolongada a bajas temperaturas se llama vernalización. Esta no “obliga” a la planta a florecer, pero sí se lo permite cuando el resto de condiciones son idóneas. ¿Por qué el frío es tan importante? Entre otras cosas porque las bajas temperaturas disparan una serie de reacciones que inhiben un gen importantísimo llamado FLC. Este gen es el responsable de expresar una proteína que impide la floración. Gracias al frío se “fastidia” el gen FLC y se produce la floración.

Gen FLC. Fuente: The Plant Journal.

6. El florígeno. Las hojas influyen decisivamente en la formación de las flores en el ápice de la planta. Lo hacen a través de una señal de larga distancia transmitida de hojas hasta el ápice a la que se le conoce como florígeno. Según muchos autores está formada por una serie de sustancias circulantes por el floema (tejido conductor de sustancias elaboradas) entre las que destaca la proteína FT. Esta proteína, que se sintetiza en las hojas, interacciona físicamente con otra proteína, la FD, que sólo se produce en el ápice. FT le dice a la planta cuándo tiene que florecer y FD le dice dónde tienen que aparecer las flores. Maravilloso.

Como han podido leer son muchos los factores externos (luz, frío…) e internos (fotorreceptores, hormonas. relojes celulares, cascadas moleculares…) que afectan a la floración. También influye la variedad, la especie e incluso la zona donde esté cultivada la planta. Solamente cuando la combinación de todos estos factores es la idónea las plantas reciben la señal de que ha llegado su momento óptimo para florecer. Entenderán ahora por qué es complicado prever con exactitud qué día es el idóneo para acercarse a Cieza a contemplar este espectáculo cromático sin parangón en el resto de España. Cada año las circunstancias climatológicas cambian… y también la floración ciezana. Es uno de sus valores añadidos.

Fuente: Oficina de Turismo de Cieza

Estimados lectores de Scientia, no creo que haya mejor plan para este fin de semana que acercarse a la capital de la Vega Alta del Segura (o a cualquier sitio de España donde se pueda contemplar este proceso) y disfrutar de la floración desde El Acho,  La Brujilla, Cabezo Redondo, Las Cañadas, El Elipe, El Horno, La Macetúa, El Olmico, la Parra o Soto de la Zarzuela. Eso sí, espero que tras leer este artículo contemplen la floración con los ojos del científico que todos llevamos dentro. La disfrutarán aun más… porque no duden que el conocimiento proporciona placer.  

Jose

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