Poca gente conoce como transcurrieron los últimos días del mayor genio que ha pisado este planeta en toda su historia, Leonardo da Vinci, pero estoy completamente seguro que nadie es consciente de que este polímata florentino fue el verdadero artífice del triunfo de la selección española de fútbol en el Mundial de Sudáfrica de 2010…. pasen y lean.

En el otoño de 1516, este pintor, anatomista, arquitecto, artista, botánico, científico, escritor, escultor, filósofo, ingeniero, inventor, músico, poeta y urbanista, acepta la invitación del rey Francisco I de Francia para visitar el país galo y a la edad de 64 años atraviesa los Alpes a lomos de un mulo con algunos de sus discípulos, entre ellos, Francisco Melzi y Batista de Villanis, su fiel sirviente milanés.

Francisco I trató a Da Vinci con todos los honores y le nombró “Primer pintor, arquitecto e ingeniero del rey”. Le concedió una renta principesca de 700 escudos de oro al año y le financió sus obras. A cambio sólo le pidió el placer de escucharle conversar, privilegio que disfrutó casi todos los días. Rodeado del afecto ferviente del Rey y del de su hermana Margarita de Navarra, Leonardo tuvo libertad para soñar, pensar y trabajar.

En ese ambiente, Leonardo vivió feliz los 3 últimos años de su vida, pintando y trabajando en sus mil pasiones. Trabajó como ingeniero, arquitecto e incluso como director de escena, organizando para la Corte fiestas maravillosas.

Como residencia Francisco I concedió a Leonardo da Vinci, el Castillo de Cloux, denominado Clos Lucé, situado en la maravillosa ciudad francesa de Amboise que se encuentra enclavada en uno de los sitios más bonitos que jamás he visitado, el Valle del Loira, Patrimonio Mundial de la Unesco, y en cuyo castillo real se encuentran depositadas las cenizas del genio italiano.

Pues bien, en esta ciudad medieval de la región central francesa, situada en el departamento de Indre-et-Loire, se ha celebrado recientemente la XIX International Conference on Bioencapsulation a la que tuve la “obligación profesional” de asistir…lo cual fue un verdadero placer para un enamorado de la bioencapsulación…y del turismo.

Esta tecnología, que tan de moda se está poniendo en diversos sectores como el farmacéutico, alimentario, cosmético, textil, etc. permite la estabilización de sustancias sensibles a la luz y/o oxígeno, la fijación de sustancias volátiles, la protección de distintas sustancias frente a la degradación por microorganismos, el aumento de la solubilidad, absorción y biodisponibilidad de diversas moléculas o el enmascaramiento de colores, sabores y aromas desagradables.

Para conseguir estos objetivos se están empleando materiales de distintos tipos como es el caso de alginatos, celulosas, ceras, agar, ciclodextrinas, etc. que tienen la capacidad de encapsular en su interior casi todo tipo de moléculas mediante procesos físicos (secado por aspersión, extrusión y recubrimiento por aspersión); fisicoquímicos (coacervación simple o compleja y atrapamiento en liposomas y/o procesos químicos (polimerización interfacial e inclusión molecular).

Una ventaja adicional de los procesos de bioencapsulación es que el compuesto encapsulado se liberará mediante un proceso gradual del agente encapsulante que lo ha atrapado dando lugar a la liberación controlada de sabores, colores, aromas, perfumes, drogas, fertilizantes e incluso enzimas y células vegetales y animales.

A pesar de que fueron muchas y muy interesantes las presentaciones orales y los poster presentados en la XIX International Conference on Bioencapsulation, dos de ellas me impactaron por encima del resto…y las dos relacionadas con… ¡¡los Chupa-Chups!!

En la primera de ellas un grupo de investigadores del Centro Médico Hillel Yafe May de Israel presentaron una microcápsula que es capaz de mantener el aliento de un fumador fresco durante cuatro horas alejando así los problemas de halitosis.

Pero lo curioso de este estudio es que la microcápsula se presentaba en forma de Chupa-Chups, el cual a medida que iba consumiéndose iba liberando lentamente un principio activo que tenía dos funciones: i) eliminar completamente las bacterias de la boca impidiendo que se reproduzcan como ocurría hasta ahora; ii) proporcionar un aliento fresco con sabor a menta que permite que el aliento se mantenga fresco durante más de cuatro horas, aunque se haya fumado, se tenga la boca seca (Xerostomía), hongos en la lengua (Cándida) o cáncer de boca.

En este momento mi consumidor de Chupa-Chups favorito y ex-fumador empedernido, empezó a venirme a la mente…pero la confirmación definitiva de quien iba a ser el protagonista de este post vino cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Groningen, compatriotas suyos para más inri, presentaron una nueva microcápsula, también en forma de Chupa-Chups, en la que el principio activo que se liberaba poco a poco al organismo del consumidor era el DHA, un ácido graso omega-3.

El objetivo del trabajo, algo pretencioso y con gran carga de marketing, era que los demostrados efectos positivos de los ácidos grasos omega-3 sobre la salud coronaria de  los consumidores de este tipo de ácidos grasos permitiesen a los enfermos de corazón mejorar su estado mediante el consumo del Chupa-Chups funcional…un poco optimista ese objetivo pero no seré yo quien lo ponga en duda…al menos hoy.

Ya no me quedaba ninguna duda, todo cuadraba. Holandés, fumador empedernido, con problemas de corazón y consumidor de Chupa-Chups…solo podía ser él…el rey del Tiki-Taka, el mito del barcelonismo, el líder de la naranja mecánica…el gran Johan Cruyff.

Aun recuerdo aquel mes de febrero de 1991 cuando Johan Cruyff, por entonces técnico del F.C Barcelona, fue intervenido quirúrgicamente de una grave lesión en el corazón donde se le practicó una revascularización miocárdica para reducir la oclusión total existente en la arteria coronaria descendente anterior… como dicen en mi pueblo… “casi ná”.

Desde aquel día jamás volvimos a ver al “Flaco” con un cigarrillo en el banquillo de un campo de fútbol…pero nació la leyenda del Chupa-Chups en los terrenos de juego. El Tulipán holandés devoraba esta golosina unida a un palo por todo el mundo para orgullo del español Enric Bernat, fundador de la compañía Chupa-Chups en la localidad asturiana de Villamayor en el año 1958.

Hasta ese momento el F.C. Barcelona, mi Barça, era un equipo mediocre que se venía abajo en los momentos difíciles, pero desde que el Chupa-Chups entró en juego de la mano de Johan Cruyff, y nunca mejor dicho, la historia cambió.

Esa misma temporada, en Londres, comenzó la leyenda. Ronald Koeman destrozó en Wembley la portería del gran portero de la Sampdoria, Gianluca Pagliuca, dándole al equipo de la Ciudad Condal su primera Copa de Europa de fútbol… y todo gracias a un Chupa-Chups.

El Imperio del “Tiki Taka” , como lo bautizó el gran Andrés Montes, había comenzado. El juego del Barca maravillaba a toda Europa y en ese equipo jugaba, con el número 4 a la espalda, el gran discípulo del míster holandés…un tal Pep Guardiola que con solamente 21 años de edad tenía unas dotes de mando en ese vestuario que más las quisiera yo con mis becarios.

20 años más tarde el juego de un F.C. Barcelona dirigido por aquel chaval, conocido por el Noi de Santpedor, y basado en los fundamentos Cruyffistas del “Tiki Taka”, encandila al mundo entero. Pero no acaba ahí la cosa… el Imperio del Chupa-Chups continuó su expansión.

El pasado mes de julio de 2010, en uno de los meses más intensos por los que ha pasado la historia de nuestro país, la Selección española de fútbol dirigida por el gran Vicente del Bosque, obtuvo su primera Copa del Mundo en tierras sudafricanas.

Ciego es el que no quiere ver en el juego de nuestro equipo el famoso “Tiki Taka” inventado por Johan Cruyff y su Chupa-Chups pero, por si había alguna duda de donde está el secreto de aquel mundial culminado por aquel remate histórico de Don Andrés Iniesta la inolvidable noche del 11 de Julio de 2010 en el Soccer City de Johannesburgo, el día que Leonardo Da Vinci nos hizo campeones del mundo, observen en la fotografía lo que lleva en la mano el seleccionador del equipo nacional español… ¡¡¡Un Chupa-Chups bioencapsulado!!!

Cuadratura del círculo conseguida y, aunque no hace falta que lo remarque porque todos ustedes habrán llegado a la misma conclusión, no está de más concluir este post con una reflexión final que resuma todo este proceso descrito hoy en Scientia:

 El rey francés Francisco I, amante del fútbol para más señas, atrajo hasta el castillo de Clos Lucé al gran barcelonista Leonardo Da Vinci para que, en el castillo de Amboise, pusiese la primera piedra de la XIX Conferencia Internacional en Bioencapsulación donde se revelaría siglos más tarde la verdadera razón que llevó a España, gracias al “Tiki Taka” del mítico Johan Cruyff, a ser campeona del mundo del deporte rey…. ¡¡el Chupa-Chups!!

Jose

Nota 1: Esta entrada está dedicada a aquellas personas que, aun cuando los vientos soplan en contra, hacen de la divulgación científica una forma de vida…aunque sean madridistas… ¡¡Ánimo Quique!!

Nota 2: Esta es mi primera entrada en el XXIV Carnaval de la Física que este mes se celebra en el Blog “Últimas noticias del Cosmos” y en la XX edición del Carnaval de la Tecnología que se alberga en el Blog “Idea secundaria”