Si la semana pasada hablamos de una de mis líneas de investigación, la encapsulación molecular, dentro de la sección “Scientia en las ondas” que este blog tiene dentro del programa “Murcia y compañía” en Onda Regional de Murcia (105.3 Mhz), en el programa de hoy les presento la conversación que tuve con la periodista Lola Martínez acerca de una molécula a la que he dedicado muchas horas en el laboratorio y que se ha puesto muy de moda por su capacidad antioxidante: el resveratrol.
Basándose en estudios científicos muy preliminares realizados en organismos inferiores que parecían mostrar al resveratrol como la molécula de la eterna juventud, diversos sectores empresariales pertenecientes a la industria farmacéutica, alimenticia, cosmética y hasta la del turismo y belleza extrapolaron erróneamente los resultados a humanos y comenzaron a comercializar este producto como el elixir de las mil y una propiedades saludables…. y todo ello, por qué no decirlo, con la connivencia de determinados científicos.
Debido a ello recientemente han desembarcado en farmacias, herboristerías, SPAs o tiendas de dietética innumerables cápsulas, comprimidos, tratamientos, gotas y/o mejunjes varios cuyo componente principal es el resveratrol y que, por un elevado precio, prometen efectos antienvejecimiento realmente sorprendentes.
Pues bien, para intentar aclarar todo el embrollo pseudocientífico que hay alrededor de una molécula con un gran potencial pero sobre la que se han escrito muchos disparates, no me conformé con escribir hace unos meses el post “Los 7 pecados capitales del resveratrol, la molécula de la eterna juventud” sino que he decidido hablar de ella en “Scientia en las ondas”.
Si les apetece saber mi opinión personal sobre el resveratrol, y también sobre algunas terapias en las que se utiliza este compuesto como puede ser la “Vinoterapia” o similares, solamente tienen que pinchar en este enlace.
Como habrán deducido de la entrevista, y tal y como dije en un pasado post, yo personalmente no voy a buscar el elixir de la juventud ni en el resveratrol ni en ningún otro sitio…pero no porque la ciencia me haya convencido de ello, que también, sino porque el maestro de maestros, Don Joaquín Ramón Martínez Sabina ya me lo dejó claro aquel día de 1992 en el que se le ocurrió contarme en su canción “Pastillas para no soñar” que “Si lo que quieres es vivir 100 años… no pruebes los licores del placer…”
Ese día decidí no vivir 100 años…
Jose
Nota: Si lo desean pueden escuchar en este enlace las anteriores entrevistas que componen “Scientia en las ondas” y en las que hemos hablado de probióticos, prebióticos, simbióticos, del famoso Actimel, de la quimifobia, de L’Oréal, de aditivos, de Punset y de la encapsulación molecular.
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entonces.. que siginifica que cientos o miles de personas viertan opinones personales positivas sobre los efectos del revestrasol en su organismo; es un invento-placebo y todo los beneficios que comentan son producto de mentes sugestionadas?