Si hay un plato que me gusta preparar cuando tengo invitados en casa es el ‘Pichón al vacío con un toque Maillard’, un delicioso manjar que mis grandes amigos Yanko Iruín (catedrático de Química-Física de la Universidad del País Vasco) y Xabi Gutiérrez (uno de los mejores cocineros españoles) me enseñaron hace tiempo a cocinar. Las razones son varias. Su exquisito sabor, su delicioso aroma, su valor nutricional y, por deformación profesional, el hecho de que detrás de su preparación se esconda una tecnología culinaria que combina la física y la química: el cocinado al vacío (cuisson sous vide).
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Este artículo forma parte de mi colaboración con el Diario La Verdad.
Jose
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