A lo largo del día consumimos a través de los alimentos gran cantidad de moléculas de origen vegetal y animal. Algunas poseen propiedades saludables y otras no tanto. Muchas de ellas tienen buenas características organolépticas (color, sabor, textura, aroma…) y otras poseen un perfil sensorial desagradable. Sin embargo, solemos olvidar que esas moléculas desempeñan una labor fundamental en sus fuentes originales, bien sean del reino vegetal o animal. Pues bien, los bioquímicos vegetales estamos obsesionados en conocer qué función realizan muchas moléculas en las plantas en las que se encuentran. ¿Y por qué tenemos esa obsesión? Por dos motivos: satisfacer la curiosidad del científico y anticiparnos a la posible respuesta del organismo humano cuando consumimos esas moléculas, lo que es crucial antes de introducirlas en otros alimentos o incluso en fármacos. Atentos a la historia que les voy a contar hoy.
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Jose
Este artículo forma parte de mi colaboración quincenal con el Diario La Verdad.
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