“Nacemos científicos. Los niños pasan gran parte de su infancia, impulsado por una curiosidad natural e insaciable por la vida, pero en algún punto de ese trayecto, todos extinguimos esa llama de la curiosidad”. Estas palabras, pronunciadas por el divulgador científico Michio Kaku, cobraron en mi interior una dimensión muy especial hace unos días. Les cuento.
Ni conferencias, ni eventos de divulgación, ni entregas de premios… el momento más emocionante de mi labor como divulgador científico tuvo lugar la pasada semana en el colegio de mi hija. Durante dos horas tuve el inmenso placer de hablar de ciencia a los 27 chavales de 5 años que componen la clase de tercero de infantil.
Debo reconocer que hasta días antes de la gran jornada no tenia claro cómo iba a afrontarla. Jamás me había enfrentado a un grupo de niños de tan corta edad. Además, no era un grupo de chavales cualquiera. Día sí, día también, comparto con ellos horas de parque, juegos y bromas por lo que imaginaba que al entrar a clase el cachondeo que habitualmente nos traemos impediría que me respetaran lo más mínimo. Por todas estas razones les aseguro que no sólo no tenía ni idea de qué les iba a hablar sino que no daba un duro por la experiencia.
Cuando ya empezaba a agobiarme, una pregunta de mi hija hizo que se me encendiera la luz. Papá, ¿ qué vamos a hacer mis amigos y yo en tu clase? Ahí cambió todo. Ruth tenía razón, los protagonistas debían ser ellos y no yo. No tenía que soltarles ningún rollo, ni hablarles de nada en especial. Solamente tenía que despertar su curiosidad como decía Michio Kaku, hacerles partícipes de todo lo que ocurriera en clase, ir yo a su terreno y no intentar traerlos al mío. Nada de charlas, nada de elegir un tema sobre el que hablar. En realidad era mucho más fácil. Solamente tenía que escoger una serie de experimentos, encadenarlos, y hacerlos en el aula con la ayuda de los 27 enanos a los que me iba a enfrentar.
Con la inestimable colaboración de Adrián Matencio (un joven investigador que dará mucho que hablar y sin el cual nada hubiese sido posible) diseñé y preparé 8 experimentos que pudieran atraer la atención de la banda de pequeños terroristas a la que me íba a enfrentar. Decidimos hablarles de química, de biología, de física, de biotecnología y de otras disciplinas científicas pero para ello usaríamos superhéroes, bichos, refrescos, trompas de elefante… y hasta ¡¡mocos!!. La clave era llevarlos a la ciencia pero con cosas que a ellos les llamen su atención.
El día D a la hora H allí mi inseparable Adrián y yo nos presentamos en el aula de Amalia, su querida profesora, con tres cajas llenas de reactivos químicos, matraces, placas Petri, eppenddorfs, una lámpara de rayos ultravioleta y todo lo necesario para hacer nuestros experimentos. En 5 minutos, y mientras los niños estaban en el patio disfrutando del recreo, convertimos la clase de segundo de infantil A en un verdadero laboratorio. Cuando los chavales entraron de nuevo en su clase todo eran caras de asombro. No se creían lo que estaban viendo.
Lo que ocurrió en la siguientes dos horas no sabría plasmarlo por escrito. Por ello creo que es mucho mejor que ustedes vean un reportaje fotográfico y varios vídeos de lo que pasó la mañana del 17 de marzo. No se pierdan las caras de los niños… ni el mensaje que he dejado al final de este post a los padres de estos fantásticos chavales.

Los chavales atendiendo cuando les explicamos a que se dedican los científicos. Sus caras lo dicen todo.
Estimados padres de los 27 niños de la clase de tercero de infantil protagonistas de este post, quiero daros las gracias por permitirme pasar un rato inolvidable con vuestros hijos… pero también me gustaría pediros un favor.
Tras ver las caras de vuestros hijos ante lo que sucedió en su clase, el interés que mostraron por todo lo ocurrido en el aula, el entusiasmo con el que recibían cada experimento, la inocencia de sus comentarios para explicar lo ocurrido en cada demostración, sus ganas de participar en todo lo que se les propuso, la ilusión con la que se llevaron a vuestras casas su ADN, sus microbios, sus “mocos”… no podemos, yo el primero, dejar que las palabras de Michio Kaku se hagan realidad. Como padres de estos chavales estamos obligados a poner todo lo que esté en nuestras manos para no extinguir la llama de la curiosidad.
Observemos con ellos los insectos en el parque, mostrémosles las partes una planta, llevémoslos a un observatorio para que vean los planetas, hagamos sencillos experimentos caseros en la cocina…
Sí, ya sé que la labor no es fácil, que el ritmo frenético de vida que llevamos no nos permite pasar todo el tiempo que quisiéramos con ellos, que el poco que disponemos a veces no es de gran calidad… pero no hay excusa. Sus profesores pueden ayudarnos, pero la responsabilidad de mantener su curiosidad natural e insaciable por la vida, es nuestra.
Como dijo otro gran divulgador científico, Daniel Torregrosa, “la ciencia nos enseña a vivir con los ojos abiertos. Los niños viven con los ojos abiertos y si hay cualquier cosa que esté en nuestras manos que podamos hacer para no cerrárselos, debemos hacerlo.”
Nos vemos en el parque.
Jose
Es fantástico!!!
Hay que comenzar desde muy pequeños a meterles el gusanillo de la ciencia, la duda y la investigación. Si no, cuando sean algo más mayores ya vendrán con los «Reikis» las «Homeopatías» y todas esas gili*****ces y no podrán rebatirles.
Un saludo.
Gracias!!
Nico, eres un crack !
Nico? Jeje
He hecho un comentario anterior que no se si se publicara porque habia problemas con la contraseña o no se que……
Decia : Si tan facil es haller el ADN de una persona.
Gracias
Es muy fácil extraer una porción de tu ADN. un saludo
Una vez más, lo has ‘bordao’. Como poseedor de una cierta culturilla científica, pero sobre todo como padre, me quedo con esta frase: » estamos obligados a poner todo lo que esté en nuestras manos para no extinguir la llama de la curiosidad».
Yo también me quedo con esa frase.
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Bienvenido al apasionante mundo de la divulgación para niños!! Ten cuidado que engancha! Aún no he visto los vídeos, pero que sepas que voy a mandarte un correo en 5 minutos pidiendo copia de los experimentos jj. Un saludo. T
Yo también quiero esa copia 😉
Es una experiencia muy gratificante, Jose, pero ya verás cuando dentro de un par de meses te encuentres con alguno de esos críos y te pregunte por algo que comentaste en la charla, o que dos años después te comenten lo mucho que les gustó…
Os la mando a los dos la copia y mucho mas. Un abrazo y mil gracias por vuestras palabras.
¡¡Madre mía Jose!! Quiero que sepas que he llorado. No lo puedo evitar. Tengo tanta esperanza puesta en los menudos que hay en las aulas que cuando veo esto me entrar ganas de gritarlo a los cuatro vientos. En todos los centros de primaria tendría que haber un proyecto de este tipo-. A los pequeños les encanta y son los que más se ilusionan y participan. Como sabes yo lo llevo haciendo con Menuda Ciencia desde hace casi 10 años y los que ahora están en 4º ESO se acuerdan de cuando fuimos a sus clases cuando estaban en primaria. Ahora son ellos los que ayudan cuando lo hacemos en las clases de sus compañeros pequeños.Estoy totalmente de acuerdo con tus sensaciones y con las palabras de Teresa, es un mundo muuuuy apasionante. Enhorabuena
Enhorabuena a ti y gracias por sembrar esas semillas de científicos durante años.
Gracias Jose, aunque la placa Petris de mi hijo no ha tenido grandes avances debido a esa curiosidad innata de la que hablas que le ha llevado a abrirla y cerrarla unas cuantas veces Para ver si crecian o no esos virus 😂😂😂😂…….y por supuesto nos vemos en el parque, en un cumple o en alguna de nuestras quedadas. … Besos
No la tires y ten paciencia. El bicho de tu hijo tiene mil bichos.
Jose (papá de Ruth) jejeje…
Dios que bueno, me acuerdo cuando mi hija era pequeña (bueno más pequeña para mi siempre será la pequeña) en su colegio hicieron el mes del trabajo de los padres, yo que estoy relacionado con la tecnología no me podía creer lo atentos y las perguntas que hicieron los pequeños que de aquella tenían 6 años. Disfruté yo más que ellos.
Muchas gracias por compartir estos momentos con todos
Exacto…disfrutamos nosotros tanto o más que ellos.
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Pocas veces me suelo quedar sin palabras y esta es una de ellas. Quizá sea porque sé de buena tinta que cuando dices que ha sido el momento más emocionante de tu ‘carrera’ como divulgador, es que lo ha sido. Y uno de los mejores de tu vida… También estoy seguro de que ha sido un momento muy emocionante e inolvidable para tu hija. La felicidad, así en general, es eso: buenos momentos y los recuerdos de esos buenos momentos. Y si no es así, que venga Punset y me contradiga 😛
Qué grande.
Un abrazo
No podías haber definido mejor la felicidad y, desde luego, fue uno de los momentos mas felices de mi vida y en el que has participado indirectamente. Gracias de nuevo
¡Increíble Post! Gracias por compartirlo con nosotros ;-).
A ti.
Llevaba una sonrisa desde el principio hasta que he visto el primer vídeo y se me ha saltado una lagrimilla… Esa inocencia, pureza y curiosidad debería permanecer siempre. Incorruptibles. Me ha salido la vena más tierna y maternal, sorry.
Gracias por hacerles vivir una cosa así. Han tenido mucha suerte.
Te equivocas, la suerte fue mía. Mil gracias Rosa y te aseguro que esa lagrimilla también salió de mis ojos.
Reblogueó esto en mcastigarciay comentado:
Dónde los perdemos?
No sabría decirlo.
Una maravilla, como profe de secundaria y bachillerato, me pregunto; dónde los perdemos?
No lo sé.
Maldita sea, no puedo creerlo, mira que me he emocionado leyendo posts y muchos de ellos tuyos, pero… pocas veces, o ninguna que recuerde firmemente, me han saltado las lágrimas. Y eso que no he pinchado los videos. Será que yo también soy padre ahora y me preocupa mucho todo eso que dice Michio, pero no es ya por la ciencia en sí misma ni las ganas de que haya más investigadores o más biólogos… es la necesidad de estinular la curiosidad, la creatividad, el interés por comprender el mundo, por inventar nuevas formas de analizarlo y modificarlo… todo lo demás vendrá después, pero la curiosidad, la imaginación y la diversión como medio para aprender y descubrir deberían estar en el programa de todas las escuelas de todos lo sniveles escolares en letras mayúsculas y subrayado.
Bravo a ti y a tu colaborador, a la profesora, a los padres… en fin, a todos. Tomo nota. De hecho ya tenía un post sobre algo parecido en mente, a ver si gracias a tu inspiración lo escribo y publico.
Un abrazo enorme, amigo.
Tú lo has dicho Carlos.»Todo lo demás vendrá después». El primer objetivo era estimular…el segundo seguir estimulando. Luego ya hablaremos. Mil gracias de nuevo por tu comentario. Imagina la emoción dentro del aula…Y con tu hija allí.
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Excelente experiencia para niños y supongo que para vosotros. Yo tengo dos de 3 y 5 años y me encantaría hacer cosas así. ¿De dónde habéis sacado los experimentos? ¿Hay algún libro que me podáis recomendar? Gracias y seguid así.
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Como madre, y como científica, genial!!! Algunaque otra vez también «me dejo liar» y voy a la clase a hacer algún «experimento» y, con tu permiso, me encantaría tomar prestado alguno de los tuyos!