Ciencia en la cocina (XII): Bocata de chorizo

En los últimos tiempos se está asociando la presencia de la ciencia en la cocina a la gastronomía molecular y a platos de última generación pero, ¿hay ciencia detrás de un bocadillo? Pues aunque no se lo crean, muchísima, incluso más que en platos muy sofisticados. En el post de hoy les hablaré de biotecnología alimentaria y más concretamente de fermentaciones.

Tras elaborar en capítulos anteriores suculentas delicatessen basadas en la gastronomía molecular, en este último episodio de la sección “Ciencia en la Cocina” del programa de divulgación de TVE 2 “Órbita Laika”, los maestros Xabi Gutiérrez y Yanko Iruín me tenían preparado….¡¡un bocata de chorizo!! Veamos el video y luego comentaremos los aspectos científicos más relavantes.

El primer paso en la elaboración del pan es mezclar los ingredientes básicos del bocata: harina de trigo con agua, sal y la levadura.

Cuando realizamos la mezcla comienzan varios procesos muy interesantes.

  • Los gránulos de almidón presentes en el trigo, formados por unidades de amilosa y amilopectina, absorben agua.
a) Amilosa; b) Amilopectina

a) Amilosa; b) Amilopectina

  • Enzimas existentes en la harina, como es el caso de la amilasa, se activan y a “atacan” a las moléculas de almidón. El resultado de este “ataque despiadado” es que el almidón se destruye dando lugar a glucosa, que será el sustrato de la fermentación.

amilasa

  • Además, las cadenas de glutenina y gliadinas (componentes del gluten y de naturaleza principalmente proteica) absorben agua, se hinchan y se estiran. La mezcla empieza a aparecer ante nosotros como algo coherente y con un cierto toque fibroso. Cuando se elaboran panes sin gluten (empleando trigo sarraceno, mijo…) para las personas celiacas que son intolerantes al mismo, el amasado es mucho más difícil ya que al no tener gluteninas la absorción del agua es más difícil.

gluten

  • Durante la fermentación alcohólica las levaduras “atacan” la glucosa producida a partir del almidón gracias a la intervención de la enzima amilasa. El resultado es la producción de CO2 y alcohol a partir de la glucosa, en un proceso similar al de la fermentación de la uva. Al contrario que en la elaboración del vino, donde el CO2 se escapa del líquido en fermentación, aquí alcohol y CO2 quedan ocluidos en la masa que ha formado el gluten. Al producirse el gas se infla la masa de pan y se generan celdas huecas en el interior. Además, la actividad de los microorganismos de la levadura puede proporcionar otras características adicionales a la masa, afectando a la consistencia y el aroma. En este paso hay que controlar muy bien la temperatura porque las levaduras mueren a temperaturas a partir de 50º por lo que harán su efecto solo ocurre a temperaturas inferiores a esos 50º (lo ideal es entre 20º y 40º)

Fermentación  Parte I_1

  • En el horneado mueren las levadoras, se expulsan el alcohol y el CO2 y, además, se produce el dorado de la corteza (ésta sirve para evitar la deshidratación del pan) . Este dorado es lo que se llama la reacción de Maillard de la que es hablé en este post y en la que reaccionan azúcares reductores y aminoácidos generando aromas y colores agradables.

Después de sacar el pan del horno solamente queda introducir el chorizo en su interior, zamparse el bocata y gritar: ¡¡viva la cocina tradicional!!

bocadillo-chorizo

Jose

Nota: Una vez más me gustaría recordar que los videos de “Ciencia en la cocina” han sido realizados por K2000 para la Cátedra de Cultura Científica de la UPV/EHU y que mi gran amigo Yanko Iruín es el asesor científico del programa.

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7 respuestas a Ciencia en la cocina (XII): Bocata de chorizo

  1. Jose Ortega dijo:

    Deduzco entonces que el pan se pone duro porque se deshidrata. De hecho en Málaga, donde vivo, cuando hace «terral» que es viento del norte seco y muy cálido en verano, alcanza temperaturas de 38°C y además de eso hace que el pan se ponga duro mucho antes. La humedad relativa que suele estar en Málaga alrededor del 80% cae al 30%.

  2. divulgar es comer… que placer

  3. perlita1 dijo:

    Es que yo he gozado «remirando» este vídeo…porque ustedes ponen unas caras … ¡se están relamiendo! ante tan apetitoso plato…jajaja

    Yo normalmente hago el pan, y cada vez pienso en ustedes y en sus explicaciones. Muchas gracias. Así, da gusto aprender.

  4. Alba dijo:

    Dios mío, que pasada de artículo la verdad!

    Hace poco que leo vuestro blog y hoy me atrevido a comentar. Cada vez soy más fan de este tipo de cocina la verdad!

    Un saludo!

  5. Pingback: La “Ciencia en la Cocina” de Órbita Laika explicada en 12 vídeos | SCIENTIA

  6. Muchas gracias a todos por vuestros comentarios!

  7. Aridany Suárez Trujillo dijo:

    Hola, me encanta el tema de la ciencia en la cocina. Para apotar (no soy un experto), el gluten, como otras proteínas en los alimentos (ejemplo de las caseínas en los quesos chedarizados), tiene la fantástica propiedad de la elasticidad, que se consigue aplicando presión y calor (el amasado). Esto hace que las proteínas se dispongan en línea (como en el diagrama, que me encanta por cierto) y haga que las masas tengan esa capacidad elástica. Ese es el problema de las harinas sin gluten, que a parte de retener menos agua, no conseguimos hacerlas más elásticas y terminan con esa textura terrosa. Lo mismo que con las mamas, pasa con los quesos tipos cheddar, y las caseínas terminan dando esa característica elástica a esos tipos de quesos.

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