Situación actual de la entomofagia: autorizaciones, ventajas, inconvenientes y futuro del consumo de insectos 

A pesar de que la entomofagia (el consumo de insectos por humanos) está de moda, son muchas las dudas existentes en la sociedad acercad de esta tendencia. En el post de hoy intentaré arrojar luz sobre este innovador campo de la alimentación humana.

Fuente: El País
  1.  Insectos autorizados

Aunque se han documentado casi dos mil especies de insectos aptas para el consumo humano, hasta hace relativamente tiempo solo se ingerían en países de África, América, Asia y Oriente Medio (gusanos en México, orugas en Namibia, saltamontes crujientes fritos  en Tailandia, larvas de avispa vivas en Japón…). Sin embargo, la entrada en vigor del Reglamento Europeo 2015/2283 relativo a los nuevos alimentos admite que los insectos enteros y/o sus partes puedan formar parte de las nuevas categorías de alimentos de la UE. Esto no quiere decir que esté permitido vender cualquier insecto, sino que las empresas ya pueden solicitar autorización a la UE para que se incluyan en la lista de nuevos alimentos. Una vez que los organismos pertinentes comprueben que dichas solicitudes cumplen lo que exige la legislación, incluido por supuesto todo lo relativo a la seguridad alimentaria de los insectos, se permitirá su autorización.

Fuente: Vitónica

Gracias a este nuevo marco legislativo, y a los informe de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria que tiene en cuenta aspectos nutritivos, toxicológicos, químicos y microbiológicos, los estados miembros han aprobado a día de hoy los siguientes insectos para el consumo humano bien enteros o como ingrediente de otros productos: 

  • Larvas del Gusano de la harina (Tenebrio molitor): en forma congelada, desecada y en polvo.
  • Langosta migratoria (Locusta migratoria): en forma congelada, desecada y en polvo.
  • Grillo doméstico (Acheta domesticus): en forma congelada, desecada, en polvo y polvo parcialmente desgrasado.
  • Larvas de escarabajo del estiércol  (Alphitobius diaperionus): en forma congelada, en pasta, desecada y en polvo.

Además, hay ocho solicitudes pendientes para insectos destinados a ser comercializados en diferentes formas que actualmente están siendo objeto de una evaluación de seguridad por parte de la EFSA.

Tenebrio Mollitor. Fuente: wikipedia

2. Ventajas de la entomofagia

Podemos dividirlas en tres: 

A) Nutricionales. Aunque el valor nutricional de los insectos depende varios factores (especie, etapa de la vida del insecto, preparación culinaria a la que se someta…), en líneas generales los insectos son una buena fuente de energía, proporcionan proteínas de alto valor biológico y tienen altas cantidades de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados. También son ricos en algunos minerales (manganeso, fósforo, selenio, cobre, hierro, magnesio y zinc) y vitaminas (biotina, riboflavina, ácido pantoténico y ácido fólico).  Eso sí, este valor nutricional de los insectos depende no solamente de la especie, sino también del momento de la vida del insecto en que se coma o de la preparación culinaria a la que se someta.

B) Medioambientales. Si tomamos como referencia los alimentos de origen animal, la producción de insectos necesita menos terreno y agua (cada gramo de proteína de carne de ternera requiere de 8 a 14 veces más tierra y aproximadamente cinco veces más agua que un gramo de proteína de insectos), produce menos cantidad de amonio y emisiones de metano (los grillos producen hasta un 80% menos de metano que las vacas y de 8 a 12 veces menos amoníaco que los cerdos) y es más eficaz a la hora de convertir los alimentos en proteína (los grillos necesitan doce veces menos alimento que las vacas, cuatro menos que las ovejas y la mitad que los cerdos o los pollos para obtener la misma cantidad de proteína). Con respecto a los gases de efecto invernadero, el ganado vacuno emite entre seis y trece veces más emisiones equivalentes de dióxido de carbono, en comparación con la producción de insectos.

Acheta domesticus. Fuente: wikipedia

C) Económicos. La comercialización de insectos como nueva fuente de alimentación pueden ser una oportunidad de desarrollo de algunas comunidades y una línea de negocio.

3. Desventajas de la entomofagia

Según un informe reciente de la FAO el consumo de insectos se asocia a tres tipos de riesgos (aunque hay que dejar claro que, cuando un insecto ha sido autorizado para ser comercializado, podemos estar tranquilos respecto a su seguridad alimentaria):

  1. Alergenicidad: El consumo de las proteínas de insectos puede dar lugar a reacciones alérgicas, especialmente en personas con alergias conocidas a los crustáceos, ácaros del polvo y, en algunos casos, a moluscos. Por esta razón, es obligatorio hacer la indicación de alérgenos en el etiquetado tanto de los alimentos envasados que lleven insectos como de los no envasados. 
  2. Microbiológicos: aunque los microbios patógenos de los insectos (entomopatógenos) se consideran inofensivos para humanos y animales debido a diferencias filogenéticas, los insectos pueden ser un vector de otros microorganismos perjudiciales. Especies bacterianas del género Staphylococcus, Streptococcus, Bacillus, Pseudomonas, Micrococcus, Lactobacillus, Erwinia, Clostridium y Acinetobacter, así como miembros de la familia Enterobacteriaceae, se han asociado con los insectos comestibles. Estos también pueden actuar como vehículos para bacterias que portan genes de resistencia a los antimicrobianos y para virus infecciosos. Incluso se han asociado diferentes especies de hongos con la microbiota que se encuentra en la superficie del cuerpo o intestino de insectos comestibles. 
Fuente: xataka

3. Químicos: los insectos criados en residuos agrícolas pueden estar expuestos a micotoxinas, plaguicidas, metales tóxicos y dioxinas. Por otra parte, si se utiliza estiércol de ganado y aves de corral para la cría de insectos, pueden estar expuestos a antimicrobianos y pesticidas. 

Por todas estas razones los controles que se les hacen a los insectos antes de proceder a su comercialización son muy estrictas. Además, los insectos comestibles se crían en ambientes perfectamente higiénicos y, cumpliendo con las normativas europeas de inocuidad alimentaria, no representan ningún peligro para la salud

4. La aceptabilidad de los insectos 

A pesar de su seguridad y de sus ventajas nutricionales, medioambientales y económicas, el consumo de insectos produce mucho rechazo entre un amplio sector de la sociedad… y esto es normal porque la actitud del consumidor ante el consumo de insectos no solo viene condicionada por su composición química, aspectos nutricionales, estructura y propiedades físicas. También influyen mucho la edad del consumidor, el sexo y, sobre todo, la aceptación psicológica del alimento. No toda la sociedad europea acepta psicológicamente el consumo de grillos, hormigas, gusanos, etc.

Además, también los hábitos familiares, lugar de residencia, religión o educación influyen mucho en la ingesta de insectos lo que explica por qué algunas especies de animales (insectos, caracoles, ranas o perros) se consideran productos comestibles o no en distintas culturas. De hecho algunas especies de insectos se consumen desde hace muchísimos años en países no pertenecientes a la UE, principalmente de África, América, Asia y Oriente Medio.

5. Perspectivas futuras de la entomofagia

El negocio de la entomofagia está in crescendo y se prevé que el mercado alcance en 2027 una facturación de  4.630 millones US$. Sin embargo, para alcanzar estos objetivos es necesario que se superen las barreras psicológicas que impiden su consumo mayoritario, ya que actualmente en Europa solo el 10% de las personas dicen estar dispuestas a reemplazar a la carne por los insectos. Veremos qué ocurre.

Jose

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