Dos reglamentos y un destino: la impunidad

Ha llegado el momento de hacer una parada en la denuncia del marketing pseudocientífico, reflexionar y entonar un mea culpa. Llevo publicados muchos posts dedicados a proporcionar al consumidor toda la información posible para que sus elecciones a la hora de comprar se basen en el rigor científico y no en mentiras y fraudes. A lo largo de casi tres años han pasado por el blog muchos agentes que están contribuyendo, de una forma u otra, a engañar al consumidor. Empresas de alimentación, de cosmética, medios de comunicación… incluso respetados grupos de investigación con actitudes lamentables han sido objeto de duras críticas.

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A veces me pregunto si esta labor sirve de algo. La respuesta es sí. Sin duda. Con ello no me refiero a las veces que las denuncias llevadas a cabo en Scientia han provocado que tanto multinacionales de la cosmética como de la alimentación hayan rectificado en su publicidad. Tampoco estoy hablando de aquellas ocasiones en las que sociedades científicas han retirado su apoyo a conocidos productos. Ni siquiera me refiero a aquella vez en la que la OCU tuvo que cambiar su peligrosa política quimiofóbica. No. Esas han sido pequeñas batallas ganadas que alegran el día a día… pero les puedo asegurar que no trabajo para ello.

Tampoco lo hago para “tocarle las narices” (perdón por la expresión pero de eso me acusaron una vez) a las empresas protagonistas de dichos posts. Nada más lejos de mi intención. Es más, hay ocasiones en las que, por criticarla se me ha acusado de torpedear a determinada marca y en otras, por defenderla, de estar a sueldo de su famoso presidente.

Creo que lo que denuncio sirve para algo y tiene valor porque lo que pretendo con mis posts es intentar inculcar el espíritu crítico en el consumidor para que sepa enfrentarse a los productos que le rodean… y en los que confía plenamente. ¿Y por que lo hace? Porque no tiene por qué no hacerlo. Solo faltaba eso. Suponemos que detrás de cada producto hay la legislación que ha cuidado que lo que publicita sea cierto. Suponemos. Yo entiendo un poquito de los temas que denuncio… pero de muchos otros soy un auténtico ignorante. Estoy absolutamente seguro que me engañan en sectores que no conozco. Llego, veo, compro, pago y me voy. Supongo que será cierto lo que me prometen. Sí, es posible que usted esté pensando que soy un iluso por confiar… pero es que no tengo por qué no hacerlo.  Hay una legislación detrás que nos respalda como consumidores. Eso dicen.

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También intento dotar al consumidor de las herramientas necesarias para evitar que le tomen el pelo. No tendría sentido decirle que se están riendo de él y dejarlo ahí.  Para nada. Les doy información científica, webs donde buscar, reglamentos a los que acudir. ¿Lo estoy consiguiendo? No lo sé. Eso tendrán que decirlo ustedes pero con que solo uno de mis lectores esté usando esta información para que no le engañen yo me conformo.

Existe un tercer objetivo. Mostrar a esos agentes que  intentan tomarnos el pelo que el consumidor, si se siente engañado, tiene más poder del que ellos creen… y la mentira les puede salir muy cara. La fuerza de internet, de los blogs, de las redes sociales es muy grande. Mucho. Esto ya no es como antes cuando la gente no tenía donde informarse más allá de la etiqueta que había diseñado el empresario. No. Desde un blog, y con el apoyo de mucha gente que se siente engañada, se pueden conseguir muchas cosas… y les puedo asegurar que, cuando una empresa se ve obligada a cambiar un anuncio de televisión o a modificar millones de envases que había en las superficies comerciales por temerarios y mentirosos, se lo piensa dos veces antes de volver a hacerlo.

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Pero hoy también me gustaría entonar un mea culpa. Me he equivocado. Durante mucho tiempo he acusado a empresas, medios de comunicación y otros agentes (incluidos científicos) de ser los auténticos responsables del cachondeo que reina en la publicidad científica. Pero no, ellos no son los responsables. Son culpables, por supuesto, y deberían ser denunciados y sancionados duramente. Sin embargo ellos no son los responsables… son otros. Les cuento.

A finales del año 2012, y tras esperarlo durante mucho tiempo,  se puso en marcha de forma definitiva el Reglamento que regula la publicidad en lo productos alimenticios. Mi decepción con él ha sido tremenda. Es un cachondeo. La nueva legislación, a la que bauticé comoEl reglamento europeo que ha acabado con la investigación, el desarrollo y la innovación en la industria alimentaria, es un auténtico coladero. En el anterior link les doy mis razones.

En una primera instancia muchas empresas, para que nadie dijera que no cumplían la ley, se acogieron a los resquicios legales que pudieron  encontrar en ella. Adicionando una pequeña cantidad de un micronutriente que se encuentra a concentraciones mucho mayores en los alimentos tradicionales y poniendo un pequeño asterisco, salvaban la ley. Es un engaño al consumidor. Legal, pero un engaño. Empresas como Danone, Kaiku, Nestlé, L’Oreal y muchas más lo hacen en sus afamados productos. El consumidor sigue creyendo en las milagrosas propiedades de lactobacilos, péptidos o isoflavonas… pero la realidad es que paga a precio de oro pequeñas cantidades de vitaminas y minerales.

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Hace unas semanas escuché a un empresario echar pestes del citado reglamento.  Su crítica no iba dirigida a sus “debilidades” que permiten la estrategia del asterisco, él lo acusaba de ser demasiado estricto por exigirles pruebas científicas que demuestren lo que quieren poner en su etiqueta. Sí, lo que han leído. Y el tipo se quedó tan a gusto. Con dos cojones.

Sin embargo, pasado poco más de un año desde que aquella ley entrará en vigor de forma definitiva, la estrategia del asterisco está pasando a la historia. ¿Porque les prohíben utilizar esa triquiñuela? No, ni mucho menos…porque nadie controla nada. Las grandes empresas ya se han dado cuenta de que para seguir vendiendo alimentos milagro “lo único que hay que hacer es no hacer nada”. ¿Para qué si nadie se encarga de que se cumpla lo legislado? Manda huevos como diría Trillo.

Por eso en las superficies comerciales siguen estando presentes cientos de productos que no cumplen la ley vigente y no pasa absolutamente nada. Esa es la razón por la que las empresas están decidiendo no cambiar nada. Ya ni siquiera pierden el tiempo en absurdos asteriscos o ridículos micronutrientes. Ya nadie se molesta en hacer la “trampa legal” del asterisco. Que se quede todo igual.  ¿Para qué voy a cambiar la formulación de mis productos y modificar envases si la competencia no lo hace y no ocurre nada? Lamentable.

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Y ante esta situación deberíamos preguntarnos…¿quién es el máximo responsable de este esperpento? ¿La empresa que no cumple la ley? No. La marca comercial es culpable de no respetar la legislación pero la verdadera responsable es la administración pública. ¿Y eso? Porque su responsabilidad es hacer cumplir la ley y no lo hace. Le da igual. Bueno no, igual no. Lo que no quiere la administración es enfrentarse a las grandes empresas del sector alimentario. La ley no se cumple, las empresas se van de rositas y el consumidor vuelve a ser engañado. Que cada uno haga lo que quiera. Esto es la selva.

Pero si lo que ocurre en el campo de la alimentación es fuerte no lo es menos lo que está pasando en el sector de la cosmética. Hace 6 meses, en este mismo blog, aplaudí la aprobación de una nueva ley que pretendía regular la publicidad de los productos de belleza. Con ella no se permitiría que ninguna empresa prometiera nada que no hubiese sido avalado científicamente. Además, el nuevo reglamento de la cosmética, a diferencia del de alimentación, cerraba la puerta a la estrategia del asterisco que …. la protección del consumidor era máxima y así lo dije.

Sin embargo, en aquel post que titulé La cara y la cruz del nuevo reglamento de productos cosméticos dejé clara mi preocupación ante algo que venía venir y que podía convertir dicha ley en papel mojado.

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¿Qué organismo iba a ser el responsable de velar por que todo lo que dice el reglamento se cumpla? ¿Se iba a crear una Autoridad Europea de Seguridad y Funcionalidad de Productos Cosméticos que fuese la responsable de que las empresas de cosméticos cumplieran la nueva normativa? ¿A quién deberían rendirle cuentas las empresas si no cumplen lo establecido?

Aquel día advertí que si no se creaba un organismo independiente formado por científicos que vigilaran el rigor científico de las propiedades esgrimidas, el nuevo reglamento se convertiría en una declaración de intenciones. En un brindis al sol. Pues bien, a día de hoy ese organismo no se ha creado.

Aunque el nuevo reglamento se aprobó el 10 de julio de 2013 y es de aplicación inmediata, he dejado pasar unos meses para ver si algo cambiaba. Si quieren saber lo que está ocurriendo solamente tienen que darse un paseo por las secciones de perfumería y cosmética de cualquier centro comercial y podrán comprobar que todo sigue igual. Ni un solo producto ha cambiado su publicidad. Ni un solo cosmético ha sido evaluado de acorde con el nuevo reglamento. Ni una sola etiqueta se ajusta a lo que dice la ley.

La mentira y el fraude sigue presente en los productos de cosmética… igual que ocurre en alimentación. ¿Y qué pasa? Nada. Nada de nada.

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¿Son culpables las empresas de cosmética que nos engañan todos los días? . ¿Son las máximas responsables? No.

Vuelvo a señalar a todos aquellos que nos hacen cumplir la ley vigente como los verdaderos responsables. Ellos son. No hay excusas. Hay un buen reglamento en vigor y hay que aplicarlo. El que no lo cumpla debe ser sancionado duramente… o si no todos los recursos invertidos en crear una ley seria, y en cuya redacción intervinieron científicos de todo el mundo,  habrán sido en balde.

Estoy cabreado, mucho… y se me nota. Me importa un bledo que sea difícil la tarea de inspeccionar todos los productos que hay en el mercado. Me da igual que sean muchas las empresas que infringen la ley. Soy consumidor, pago mis impuestos y no quiero que nadie me tome el pelo con el beneplácito de mi gobierno.

Mientras no se den verdaderos escarmientos, cada vez habrán más empresas haciendo trampas y los responsables de la administración, los mismos que miran hacia otro lado ante los abusos al consumidor, serán sus cómplices. No, sus cómplices no, los verdaderos culpables.

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La solución no es tan difícil. El día que un alimento o un cosmético cuya publicidad no se ajuste a la ley sea sancionado conforme a lo establecido en sus respectivos reglamentos y no se permita su comercialización, no cabrá la posibilidad de que ningún medio de comunicación lo anuncie ni de que ningún grupo de investigación lo avale. Ese día un servidor estará contento de cerrar la sección a la que un día bauticé con el nombre de “Marketing Pseudocientífico”. Ese día no tendré que ver una etiqueta con la mirada sucia, ni buscar asteriscos ni nada por el estilo.  Ese día el consumidor habrá ganado no solo una pequeña batalla a la mentira y al fraudesino la guerra.

Mientras tanto, y al igual que en otros frentes abiertos que tiene nuestra sociedad, España seguirá siendo el pais donde “pase lo que pase, nunca pasa nada”el país de la impunidad.

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Jose

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34 respuestas a Dos reglamentos y un destino: la impunidad

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  2. Walter dijo:

    Jose, gracias por ser tan claro y por informar tan bien. Si te sirve de consuelo me sumo a tu cabreo, estoy seguro de que somos una buena tropa.

    Puede que discrepes conmigo pero yo creo que tu denuncia sirve y mucho. Aparte de lo que moralmente te sirva a ti como individuo está esa labor de construcción, piedrita a piedrita, que nos hace desear una sociedad mejor.

    Si parte de tu mosqueo es por la ambición de que las cosas cambien rápido lo entiendo pero sin hincar la rodilla ni asumir derrota alguna se puede ajustar la esperanza al lento ritmo de la política. A veces nos sentimos liliputienses pero ¿no pudieron ellos con Gulliver?

    No creo que exista tal guerra. Existe la astucia, la picaresca y la perversión. Y si no las sujetamos con normas, con leyes, crecen y se convierten en fraudes, estafas y delitos. Si pretendes ir por delante del listillo te vas a llevar unas cuantas decepciones. La satisfacción de ponérselo cada vez más difícil divulgando y educando no te la puede quitar nadie.

    Y por supuesto que las leyes son para cumplirlas, en todos los terrenos. Molestarse porque no siempre funcionen como deberían es de una candidez impropia. Lo adecuado es seguir insistiendo, seguir denunciando.

    Ánimo y continúa igual (o mejor). En mi casa ya solo compramos actimeles porque están ricos, por ninguna otra razón. Eso si, por cada yogur líquido mis hijos se han comido antes cinco plátanos.

    😉

  3. Pedro dijo:

    Magnífico post.

    Por si no lo sabías mañana estará la Dra. Odile, a la que contra-entrevistaste aquí http://bit.ly/1f8yypu , a las 11:30 en la Universidad de Murcia donde trabajas para hablar de «alimentación y recetas anticáncer». Estaría cojonudo que te pasaras por allí para hacerle esa contra-entrevista en persona y preguntar a la Universidad si les parece ético permitir una charla con opiniones de esa transcendencia sin estar contrastadas científicamente. Saludos.

  4. vtsartas dijo:

    Como ciudadanos estamos OBLIGADOS y somos RESPONSABLES de exigir a los que hemos (han, para mi) puesto en el gobierno a que cumplan ellos con SUS OBLIGACIONES.
    Sistemáticamente hacen dejación de funciones, y eso es denunciable.
    Ponen cortinas de humo y han hecho de su cargo público una profesión ventajista.
    Es hora de decirles ¡irresponsables, fuera de ahí, no haceis aquello a lo que estais obligados! Pero con fuerza y claridad. Y sin permitir medias respuestas, ni medias verdades.
    Y estoy convencido al 100%: está en nuestras manos. Y con cosas como las que hace J.M. López Nicolás.
    Estoy orgullosísimo de conocerte y estar contigo en ADC Murcia. ¡Enhorabuena!

  5. Diego Trabado dijo:

    Estoy completamente de acuerdo contigo. Por eso precisamente es aún más valorable tu labor de divulgación. Estás creando conciencia colectiva y al fin y al cabo eso es educación. Antes o después se recogerá la cosecha.
    Al menos eso espero

  6. rpmayor dijo:

    Buenos días.
    Desde que descubrí tu blog no dejo de leerlo y además sigo tus comentarios en «twitter».
    En un momento dado, me planteé como hacerte llegar una inquietud que es precisamente lo que planteas hoy: «sirve todo esto para algo». Creo que alguien de los que te leen con conocimientos profundos de legislación y de métodos para denunciar esta pasividad de la administración debería recoger el testigo para sacar esto a la luz pública. Es intolerable que mientras a los ciudadanos nos hacen cumplir estrictamente cualquier ley (intenta no pagar una multa de tráfico o tarda un día de más en pagar tus impuestos y verás), las grandes empresas utilicen asteriscos y/o directamente «pasen olímpicamente» son total impunidad.
    Los argumentos científicos y técnicos están claros. Vamos a por los recursos administrativos y a seguir denunciando cada caso particular que descubramos.
    Mi más sincera enhorabuena por tu capacidad para la divulgación y tu valentía a la hora de denunciar a los poderosos.
    Un afectuoso saludo desde Cáceres.

  7. Jose, sinceramente a mí tus posts me han servido para ver las cosas de otra manera, ser más escéptico con lo que nos venden y aprender mucha, pero que mucha bioquímica. Puede que las autoridades no hagan nada, pero lo que haces tu ayuda a que veamos las cosas de otro modo.

  8. Pedro dijo:

    Inculcar el espiritu critico en el consumidor me recuerda uno de los primero proyectos con superordenadores: «hacer un traductor».

    Fue un rotundo fracaso y aprendieron una lección: hay que exponer el problema en su minima expresión, fracturandolo en partes bien definidas que sean manejables.

    Basicamente te estas enfrentando al RELATIVISMO de nuestro sistema operativo de serie: el inconsciente moldeado por la evolución darwiniana.

    Y el fracaso en inculcar el espiritu crítico es el fracaso del neoliberalismo, que justo se fundamenta en la idea de el mercado está dominado por racionalidad.

    La racionalidad no interesa…. Hasta que te encuentras en el paro y el banco te quita la casa…

  9. javier dijo:

    No trabajas en balde, estate seguro, al menos unos cuantos estamos informados y sabemos que nos toman el pelo y nos roban con total impunidad… igualito que los políticos. Pero aún así haremos lo posible porque no nos engañen como a la gente desinformada y tu blog es uno de esos elementos que nos permiten ser ciudadanos, no súbditos, y exigir que la ciencia se imponga al maldito márketing y su corte de mentiras acientíficas. Tu cabreo es nuestro cabreo, con los empresarios que se forran a costa del incauto y con los políticos que lo permiten y se lucran indirectamente con ello. Ya sabemos que tenemos que envidiar a aquellos a los que solo robaban Alí Babá y sus 40 ladrones ¡solo 40, que suerte!

  10. Pasaba por aquí dijo:

    ¿No crees que podría ser una buena estrategia, si como consumidores concienciados solo compráramos productos de marca blanca y fruta, verdura, carne y otros productos de los mercados al aire libre? Sería una manera de decir: la publicidad no nos influye.

  11. Este es un ejemplo más de que Solón tenía razón. Las leyes son como las telas de araña, fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. De todas formas se me ocurre una pregunta. ¿La responsabilidad de poner en practica y sancionar por medio de ese reglamento es…

    a) de la Comunidad Europea?
    b) de la Administración del Estado?
    c) de la Administración Autonómica?
    d) del Ayuntamiento?
    e) del maestro armero?

    Saludos y mucho ánimo

  12. Este es un ejemplo más de que Solón tenía razón. Las leyes son como las telas de araña, fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. De todas formas se me ocurre una pregunta. ¿La responsabilidad de poner en practica y sancionar por medio de ese reglamento es…

    a) de la Comunidad Europea?
    b) de la Administración del Estado?
    c) de la Administración Autonómica?
    d) del Ayuntamiento?
    e) del maestro armero

    Saludos y mucho ánimo

  13. Cabito dijo:

    Jose, ya te dije una vez que me tienes flipadita desde que te encontré en la red y ahora te sigo cuán perrito faldero, pero hoy ha sido la apoteosis. Te aseguro que nada de lo que dices cae en saco roto, porque estoy segura de que como yo y aunque sea a pequeña escala, hay otros seguidores tuyos que también hacen «apología» de tus ideas, y todo suma. Seguro. Enhorabuena por esos cabreos que tienes…que sepas que en mi entorno y aunque parezca una pequeñez he conseguido informar a mucha gente de cosas, que como es normal, desconocía,y cada vez más gente está abriendo los ojos a la realidad, y no veas que satisfacción me produce. Un saludo.

  14. profe dijo:

    Hoy justo empezamos tema de alimentos funcionales en clase de futuros técnicos superiores de industria alimentaria. Material inicial: dos reglamentos y…un montón de posts de sciencia. José, no estás sólo y cada vez seremos más. Tú labor de divulgación no tiene precio y no cae en saco roto. Desde la educación sí se puede!! Gracias compañero, sirves de inspiración

  15. Tupperdicion dijo:

    Como siempre, un post estupendo: clarito y clarificador. ¿Has pensado alguna vez en la posibilidad de organizar algún tipo de acción legal colectiva por estafa? Si te animas yo pongo dinero, y seguro que como yo muchos otros.

  16. Patriuska dijo:

    Soy universitaria, alumna de biologia y hasta que comence a leer tu blog y el de otros que se dedican precisamente a denunciar el marketing pseudocintifico picaba como una inocente creyendome lo que ponia en las etiquetas (bueno, algunas cosas son demasiado subrrealistas).
    Es muy triste que la mayoria de alumnos de carreras de ciencia no recibamos un bagaje de cultura científica. Es mas, mucha de la gente de mi entorno sigue creyendose muchas de estas etiquetas milagro, lo que indica que algo falla tambien en la educacion. Nos enseñan a carecer de espíritu critico e investigador y no nos proponen retos para nuestras mentes (como en todos lados hay excepciones de profesores fantasticos). Por eso quiero dar las gracias por todo el esfuerzo que aplicas en divulgar lo genial y preciosa que es la ciencia. No te desanimes porque cada vez somos mas los que estamos dispuestos a no dejarnos engañar y sobre todo a no dejar que los que nos rodean sean engañados ( aunque mis padres y mis amigos estan hasta el moño de verme leet todas las etiquetas).

  17. Una vez mas, el incendiario José Manuel López Nicolás pretende cambiar estas leyes injustas. Y encima le echa la culpa a….a las Administraciones.
    Pues no.Pronto perderá su Cátedra y estará debajo de unpuente, asando castañas y vestido con un barril, como Diógenes de Sinope.Sigue así, chaval, que te vas a enterar..( modo sarcástico ON).
    Quizás la culpa sea de los consumidores, por entrar al trapo y comprar aceptando como dogma de fe y verdad lo que no es mas que pura propaganda y marketing,
    ejemplo; crear un falso síndrome ( el de los niños con déficit de atención) y envenenarles» ( o sea, tratarles) farmacológicamente con una anfetamin derivado ( el Metil fenidato) por cierto, carísimo.
    Para más información, pues en m blog. ( cuña propagandistica).
    http://drlopezcorbalan.blogspot.com.es/

  18. Antipátrico dijo:

    Excelente post. Un poco dramático lo de la quimiofobia de la OCU.
    No olvides la cantidad de suplementos que venden las farmacias del mismo estilo: Inneov, Oenobiol, Redoxon (antes medicamento y ahora suplemento para poder poner mensajes engañosos en el envase), …

  19. Infausto dijo:

    Totalmente de acuerdo con todo el articulo… Como decia alguien en un comentario anterior, los consumidores, tambien tenemos algo de culpa (con independencia del nivel cultural)…

    Pero es que a nivel cosmetico, es una agresion continua, y en algunos casos se sirven de entidades de prestigio para darvalor a sus palabras, como por ejemplo Secretos del Agua, que hace publicidad de sus productos para el pelo indicando que son producto de sus investigaciones en conjunto con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), para mas tarde explicar que estos poductos para el pelo son fruto del estudio de las estructuras moleculares del agua (Cluster) y su relación con los procesos de revitalización a nivel celular, en base a los últimos avances científicos en biofísica, neurobiología y física cuántica.

    Charlataneria, pero con distintivo de calidad…

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